VII

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—No voy a ir —Por milésima vez repitió Annie— ¿Cuantas veces debo repetirlo para que lo entiendan?

—Eres una aburrida —Reclamó Reiner.

—A diferencia de tí, yo vivo de mi trabajo, no puedo faltar —Expresó con molestia la rubia— Así que te agradecería que dejaras de molestarme, tengo que barrer el bar —Levantó la escoba en sus manos señalandola.

Ella estaba limpiando con Marlo su lugar de trabajo antes de abrir, pero se vieron interrumpidos por la presencia de Bertholdt y Reiner quienes la llamaron pidiendo que abra la puerta del bar porque estaban afuera.

—Oye, si recuerdas que conseguiste éste trabajo gracias a mí, ¿Verdad? —Preguntó el rubio con una sonrisa maliciosa.

—En realidad fue gracias a Bertholdt —Contradijo la rubia.

—Si yo no hubiera convencido a Bertholdt de que ofreciera a su tío de contratarte no estarías aquí —Volvió a atacar Reiner.

—Eres un pesado, ¿Qué demonio tiene eso que ver ahora? —Bufó la rubia.

—¡Pues de nuevo convencí a Bertholdt para que pida a su tío que te dé un día libre! —Exclamó con alegría.

—Espera, ¿Qué?, ¿Se supone que trabaje yo sólo? —Con el miedo reflejado en sus ojos cuestionó Marlo.

—Te pagarán lo que iba para Annie —Se encogió de hombros Reiner.

—¿Y se supone que eso es bueno? —Con molestia preguntó Annie— Yo necesito ese dinero y Marlo no puede atender a todos los clientes solo, los viernes y sábados por la noche hay demasiados, por última vez, no iré—Concluyó.

—¿No irás a dónde, Annie mi amor? —Preguntó Hitch entrando al bar.

—¡No quiere ir a la fiesta de Connie! —Exclamó Reiner.

—¿Estamos hablando del Connie que el año pasado armó una fiesta con treinta litros de whisky y un trampolín?, ¡Annie, debes ir! —Hitch exclamó haciendo que la rubia rodara los ojos.

—No puedo, debo trabajar con Marlo —Con molestia reclamó la chica, pero a diferencia de lo que esperaba, a Hitch le brillaron los ojos con entusiasmo.

—¡Yo puedo reemplazarte!, ¡No perderás dinero y mi paga será pasar toda la noche con Marlo!, ¿No es genial? —Preguntó entusiasmada.

El nombrado se vió fuertemente sonrojado— Hitch, estoy frente a ti —Le recordó.

—Qué bueno que lo estés, a lo mejor me das una respuesta así, cobarde —Recriminó la castaña.

—Renuncia a ello Hitch, no hay manera de que deje a Marlo solo contigo, no sabes lo suficiente como para trabajar aquí de un día para el otro —Se excusó la ojiazul.

—Ponme a prueba, vengo aquí todos los días no irónicamente, creo saber lo suficiente —Hitch levantó la cabeza con orgullo.

—Sirveme un cóctel de durazno con ginebra —Ordenó con su fría mirada analizando los pasos de su mejor amiga.

Con rapidez Hitch pasó tras la barra, tomó un vaso y abrió una colocó todos los ingredientes que necesitaría en una mesa alargada ubicada del lado contrario al sector público dividido por la ya nombrada barra.

Fue cuestión de unos tres minutos para tener el vaso frente a la rubia con un lindo popote negro.

Bajo la atenta mirada de la castaña, Annie bebió del vaso y, cómo si de una jueza de máster chef se tratara, dió su opinión al respecto.

—No está mal, te faltó el borde azucarado, nada que no se pueda arreglar con un poco de práctica —Expresó.

—¡¿Me dejarás trabajar mañana?! —Con emoción preguntó Hitch.

—Depende de Marlo —Miró al chico— Si podrás venir mañana temprano para instruir a Hitch iré, si no puedes entonces no tengo problema en acompañarte.

Marlo suspiró, no estaba seguro de qué tan buena idea era aceptar— Está bien, llegaré a instruirla, después de todo te mereces un descanso —Observó a su compañera de un día— Ven mañana a las cuatro, tienes mucho que aprender.

Hitch tuvo que sujetarse de la barra para no caer ante los nervios que repentinamente le agarraron al darse cuenta de que estaría a solas con su crush de hace tres años.

Probablemente debería traer un respirador, cosas de gente precavida.

—¿Eso significa que sí irás? —Por primera vez en la tarde, la voz de Bertholdt se hizo oír, Marlo lo miró sorprendido, por un momento lo creyó mudo.

Annie suspiró con resignación, le sorprendía la capacidad de sus amigos para empujarla a cosas que no deseaba hacer— No tengo de otra, ¿O sí? —Preguntó, y ante la negativa de Reiner y Hitch sólo le quedó decir:— Está bien, iré.

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Tengo una noticia no tan importante pero necesaria que dar.

La manera en la que organizo mis fics va a cambiar, últimamente noté mis gravísimos errores a la hora de escribir, y si bien no soy una profesional ni nada por el estilo, soy muy autocrítica.

¿Qué con eso?, Bueno, realmente hoy tuve un gran dilema entre eliminar Love Yo Hate Me o dejarla existir, al final opté por dejar cómo estaba pero, para que no vuelva a pasar la enorme insatisfacción que me dejó ese fic, decidí tomarme más tiempo a la hora de escribir, lo que significa que mis actualizaciones van a ser más lentas. Respecto a crazy over you no va a cambiar tanto, pero el nuevo fic si va a tardar más comparando a mi ritmo normal.

Sólo quería decir eso, gracias por su atención, cus vai uwu

Crazy Over You  ||Aruannie||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora