Aquellas Noches

La rebelión: Alastor

Mis ojos ardían, el cuerpo me dolía y la cabeza me daba vueltas, pero al fin, tras una noche larguísima, pude cerrar los ojos apropiadamente para lograr descansar.

Recostado sobre mi cama, comenzaba a quedarme dormido, hasta que el despertador comenzó a sonar.

Lo detuve, caminé hacia el baño y me prepararme para el día de hoy.

— 'Alastor, vuelve a la cama' —me dijo la sombra esa...

— Buenos días querido amigo —dije sin detenerme hasta que me sostuvo desde los hombros.

— '¡Vete a descansar!' —dijo mirándome directamente muy preocupado.

— No es la primera vez que me paso una noche en vela —dije entre risas a la vez que me hacía a un lado para llegar hasta el baño— nada que una ducha no arregle...

— '¡No! ¡Alastor, no te ves nada bien!' —dijo desesperado mientras yo caminaba— esto no es simple cansancio, creo que lo de la redención bla bla bla... —dijo un montón de cosas más, pero yo simplemente no lo escuché y entré de una vez por todas a la ducha.

Las apariencias lo son todo, así que sin importar la dificultad que ello conllevó, me vestí adecuadamente sin descuidar ni un solo detalle de mi característica y pulcra etiqueta, hice aparecer mi bastón para acompaña mi caminar y finalmente, salí de mi habitación.

Camino hacia la oficina, la sombra abogado continuó molestándome, pero nuevamente no le puse atención; aún a pesar de verme obligado a apoyarme en las paredes una que otra vez, estaba determinado a mantener la compostura a costa de lo que sea.

Finalmente, ya dentro; sin nadie que me vea, me dejé caer de espalda sobre la silla frente al escritorio y le comenté a la sombra, quien no se callaba:

— Cierra la boca de una vez y marca a Niffty, debe estar en la cocina a esta hora —dije apuntando al teléfono sobre el escritorio.

— '¿Para qué?'

— Le diré que no me traiga el desayuno... —me interrumpió.

— 'Alastor' —apoyó las manos sobre la mesa y me regañó enseñando los dientes— '¿¡has escuchado siquiera algo de lo que te he dicho!?'

— Solo... no quiero que ella me vea así —al escucharme guardó silencio un momento mientras su cuerpo se relajaba.

— 'Te entiendo perfectamente' —dijo caminando hasta ubicarse junto a mi— 'pero en tu condición, no es recomendable que estés solo'.

— Hablando de estar solo —incliné mi cabeza hacia él— hace varios días que no me han molestado las demás sombras ¿las has visto?

— 'Yo tampoco me he topado con ellos ahora que lo comentas' —se rascó la barbilla.

— Bueno no importa, ya estaban comenzando a fastidiar.

— 'Me pregunto si hay una relación entre eso y que tus síntomas hayan comenzado a empeorar' —se dio una pausa para caminar por la oficina con las manos a la espalda y mirando al suelo— 'aunque...'

— Bah —lo interrumpí— seguramente están de vacaciones.

— 'Escúchame' —me miró triste— 'no estás entendiendo la gravedad de esto' —en ese momento nos interrumpió alguien llamando a la puerta.

— Maldita sea, te dije que la llames antes de que venga —recriminé a la sombra.

— ¿Alastor? —era la voz de Vagatha— ¿tienes solo un segundo?

— Ay no —comenté apoyando las manos en los reposabrazos de la silla.

— 'Cerraste la puerta con llave ¿cierto?' —preguntó la sombra girándose hacia mí.