Ya no es la misma

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Mis primeras caminatas por la planta baja del edificio fueron bastante... "Escandalosas". Así que por esa noche decidí tomar un poco de aire fresco a la terraza del ultimo piso, no sin antes hacer una escala por un café expreso, dos en realidad.

Ya arriba, al abrir la puerta que da hacia el exterior, caminé directamente hasta la baranda donde apoyé una taza de café y me serví de la otra mirando hacia las luces nocturnas de la ciudad pentagrama, un espectáculo deslumbrante ante el cual no podía hacer menos darme una pausa larga para observarlo.

Y todo ese tiempo, ella pensando que yo no la había visto.

— Tu café se va a enfriar querida —dije sin quitarle la vista al paisaje.

— ¿Me estás siguiendo? —me respondió simulando estar sorprendida.

— Yo debería preguntar eso —respondí con ironía.

— En realidad, ya sé que lo haces, trajiste 2 tazas —dijo acercándose y señalando el café que dejé sobre la baranda.

— Sabía que estarías aquí —dije mirándola al ojo.

— ¡¿Cómo?! Podría haber ido al hall como todas las noches —se cruzó de brazos y entrecerró el ojo.

— Adiviné —le entregué su café y lo recibió después de quedarse viéndolo unos segundos.

Ella tomó distancia en silencio y se apoyó de espalda contra la baranda, perdiéndose del paisaje, solo miraba su taza la cual sostenía con ambas manos, nos mantuvimos en silencio varios minutos, hasta que decidí sacar una caja de cigarros del bolsillo interno de mi chaleco y cuando estaba a punto de encenderlo...

— Alastor, yo sé que no eres un buen demonio— en ese momento me cruzaron por la mente los demonios y pecadores que he torturado desde que estoy aquí.

— Hmmm, discutible —dije mientras encendía el cigarro.

— Tu disfrutas con el sufrimiento de los demás —entrecerró el ojo— pero ¿Por qué hiciste eso la ultima vez?

— De lo que sea que hablas, la respuesta probablemente sea que estaba aburrido.

— Sí lo sabes —dejó su taza sobre la baranda— ¡Lo del Champagne!

— ...—me quedé en silencio mirándola al ojo y le di una profunda calada al cigarro— ¿Realmente tiene que haber una razón?

— ...

Ella hizo a un lado la cara y apoyó sus manos sobre la baranda para mirar hacia la ciudad, no sé que estaba pasando por su cabeza, pero se veía muy triste, llevé mi mano a su mentón para acariciarla.

— Querida, tu rostro necesita una sonri... —me golpeó la mano para alejarla, lo cual despertó mi coraje.

— ¡No lo entiendes! si quieres redimir lo que hiciste eso no es suficiente.

— Exageras querida —dije con las manos en la espalda y acercándome hacia ella— créeme que si realmente hubiera querido hacerte daño con los tentáculos... —la estática estaba comenzando a sonar pero ella me interrumpió tocando la punta de mi nariz con su dedo índice.

— ¡Esto no es sobre los tentáculos! —al escucharla me hizo abrir bien los ojos— Eso... Me lo busqué —eso ultimo lo dijo con algo de timidez, tras lo cual volvió pronto a su tono de antes— ¡Esto es sobre lo que dijiste de mi relación con Charlie!

Solo miraba su ojo, que reflejaba mucha tristeza, pero ella se contenía con todas sus fuerzas mientras su voz se quebraba.

— ...

— Ella es la única que me hace olvidar donde estoy realmente —se tapó el ojo con la mano derecha.

— ¿Por qué lo que dije tan importante entonces?

— Porque... —me dio la espalda— Desde que tú llegaste, Charlie no es la misma.

— Querida... —estuve a punto de contestarle pero antes, ella agregó algo más.

— Esto no es algo que se vaya a solucionar con una disculpa, así que no importa si era esa realmente tu intención —sonaba más calmada después de decir eso— solo... Creo que esto no tiene solución para nada —dijo caminando al interior del hotel.

Yo me quedé afuera mirando la luna y al horizonte mientras fumaba mi cigarro, pensando. En un momento observé mi sombra que se proyectaba en el suelo, la cual estaba conteniendo su risa, por mi parte solo continué bebiendo de mi café, meditabundo.

Esa tarde Charlotte y yo estuvimos conversando sobre la música ambiental para el hotel, cuando de repente me di cuenta de que Vagatha nos observaba a lo lejos.

— Yo sé quien sería la indicada para ayudarnos con esto querida —dije señalándola con el pulgar.

— ¿Estás seguro Al? —me preguntó girando la cabeza hacia ella y luego a mi— Ella es fan de la música de los 80's, ritmos latinos y eso no es muy ambiental que digamos...

— Nunca sabes donde puedes encontrar una mina de oro —le respondí mientras me acerqué a Vagatha y ella se vio obligada a seguirme.

— Entonces ¿Se llevan bien ahora? —preguntó deteniéndonos frente a ella.

— No —respondió cruzándose de brazos.

— Pero eso no te impedirá ayudarnos en la noble labor de ambientar adecuadamente este establecimiento —le dije tomando asiento junto a ella.








Notas del autor

Hello, no hay mucho que decir todavía, la historia se va poniendo mejor con el pasar de los capítulos.

Solo les recuerdo que si quieren apoyar el desarrollo de este fanfic y los demás, pueden invitarme un cafecito bbs.

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