El Abuelo

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Capítulo anterior:

-¡Portense bien! Saluda a tu abuelo de mi parte y no hagan perversiones en la residencia, no quiero recibir una llamada porque son responsables de algunos ataques al corazón de unos pobres ancianos al ver a dos mujeres metiéndose mano tras una cortina –soltó consiguiendo que los ojos de Jennie se disparasen de sus ojos ante ese comentario, bajase el mentón hasta que solo veía el suelo y casi tropezase con el liso suelo bajo sus pies.

-¡Mamá! –gritó Lisa de nuevo.

-¡Adiós! –fue la simple respuesta de June.
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Decidieron ir caminando, hacía un agradable día y después de lo que le había pasado a Lisa lo que necesitaba era el aire puro de la naturaleza llenando sus pulmones, no quería sentirse aprisionada en un coche y que le diese un ataque de pánico, ya bastante tenía con las visiones y dolores de cabeza como para añadir mas cosas.

El día estaba despejado y un agradable sol las bañaba con sus rayos mientras caminaban de manera pausada y en silencio, cada una perdida en sus propios pensamientos hasta que el sonido del teléfono de Lisa rompió esa tranquilidad.

-¿Si? –preguntó después de descolgar mientras Jennie la miraba con curiosidad - Mamá te acabo de ver –siguió hablando después de unos segundos de silencio escuchando a su madre al otro lado - No mamá, no es mi novia –Lisa no pudo evitar girar los ojos - ¿Te das cuenta que la tengo a mi lado y me está oyendo no? –preguntó con ironía - ¡No! No quería decir eso. No es que me de vergüenza –dijo rápidamente - ¿Querías algo? ¿O solo molestarme? –gruñó después de escuchar la larga charla que le estaba dando su madre- ¿Segura? –frunció levemente el ceño algo confundida - Si, de acuerdo, yo se lo digo –murmuró derrotada - ¡Qué si mamá! Adiós –colgó y se dio cuenta de la divertida mirada que le estaba dando la morena.

-¿Todo bien? –preguntó Jennie riéndose levemente.

-Mi madre, que está loca –hizo un gesto con su mano para quitarle importancia - Y quiere saber si te gustaría asistir a su fiesta de cumpleaños –comentó mirándola con una leve sonrisa en su rostro.

-¿Yo? –preguntó confundida sonrojándose levemente - ¿Por qué yo?

-Le caíste bien –se encogió ligeramente de hombros - ¿No quieres venir?

-Me encantaría –dijo rápidamente Jennie con los ojos llenos de ilusión - ¿Cuándo es?

-El fin de semana que viene. En nuestra casa –le informó.

-¿Tendré que ir de alguna manera especial?

-Si hace buen tiempo te recomiendo llevar biquini, no me hago responsable sino a lo que le pueda pasar a tu ropa –le guiñó el ojo levemente haciendo sonrojar más a la otra.

-Lo… lo tendré en cuenta –se mordió el labio desviando la mirada de manera vergonzosa.

Nunca en su vida se hubiese imaginado estar así con Lisa y con su familia. Por dios si hasta su madre la había invitado a su cumpleaños, aquello debía de ser un sueño o en su defecto una pesadilla, no sabía muy bien como definirlo.

No tardaron demasiado en llegar a la residencia ya que como bien dijo la rubia no se encontraba demasiado lejos de su casa.

-¿Hace mucho que no lo vienes a visitar? –preguntó de manera curiosa la morena mientras se adentraban en el lugar.

-Mi madre procura venir todas las semanas, no le gusta que esté solo tanto tiempo a pesar de que a penas la reconozca, pero yo hace casi un mes que no vengo –comentó acercándose a recepción.

-¿Y eso? –frunció ligeramente el ceño mirándola.

-Siempre tenía algo que hacer. Deberes, entrenamiento, el Club, por si no lo sabes soy una chica bastante ocupada –se rio ligeramente- Desearía poder venir mas a menudo, pero a veces me es imposible –aclaró.

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