Día 03. Handjob

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El portón custodiado por dos grandes leones de mármol, se le hacía completamente exagerado como toda la mansión Laufeyson.

Una voz por el intercomunicador lo hizo acercarse a un costado de la puerta.

—Mansión Laufeyson, diga. —Escucho la voz de un hombre a través del aparato.

—Soy Thor, Thor Odinson. —Se presentó. —Vengo a hacer una tarea de la escuela con Loki. ¿Él está?

—Por supuesto, por favor entre.

En ese momento, el gran portón se abrió automáticamente. Dejando a la vista un jardín de rosas fragantes y bastante grande. Thor calculó unos 7 minutos a paso lento desde su posición hasta la entrada de la casa.

Toco tres veces el picaporte de bronce que decoraba las puertas dobles de caoba. El lado derecho portaba un símbolo que Thor identificaba como el escudo de la familia Real de Inglaterra. Había escuchado el rumor de que la familia de Loki era aristócrata, pero ahora se lo confirmaba.

—Joven Odinson, sea bienvenido a la Mansión Laufey. —Abrió la puerta una mujer de mediana edad que portaba esos uniformes de empleadas que Thor solo veía en las películas. —El joven Loki, lo espera en la piscina occidental, permitame acompañarlo para que no se pierda.

—Gracias. —Dijo anonadado por toda la riqueza que sus ojos alcanzaban a percibir en la casa.

El rubio provenía de una familia noruega que emigró a Inglaterra buscando un nuevo futuro. Su padre, Odín, había trabajado como chófer para distintos hombres y mujeres adinerados, así que Thor estaba acostumbrado a ver casas lujosas y extravagantes. Pero la mansión Laufeyson era superior a todas en muchos aspectos, no dudaba que hubiera un zoológico en el patio trasero del lugar.

—Thor, querido, creí que ya no vendrías. —Le sonrió un despampanante pelinegro en traje de baño. Loki se encontraba tomando el sol en una tumbona al lado de la piscina. —Por favor, Lily, tráele un traje de baño a mi compañero, con un día tan inusualmente caluroso, debe estar ansioso por nadar un rato.

El verano estaba en pleno apogeo en la ciudad de Brighton, pero las labores de la escuela seguían, y Thor debía mantener un buen promedio si deseaba sostener la beca que le permitía estar en el instituto privado.

—No estoy aquí para nadar, Laufeyson, terminemos rápido este trabajo y te dejo seguir bronceandote a gusto.

—Eres un aburrido, Thor. ¿Sabes? No cualquiera tiene el privilegio de venir a mi humilde hogar. —Le dijo con sarcasmo, parándose de la tumbona. —Así como tampoco ser la persona que dejaría acostarse conmigo. Tu tienes la oportunidad de ser ambas, y no lo aprovechas.

Loki había detenido a Thor en uno de los pasillos de la escuela hace dos meses, diciéndole con naturalidad que lo esperaba a las 7 en su casa para follar, entregándole su número y la dirección de la residencia. Thor creyó que era una broma de mal gusto, así que siguió de largo y no pensó mucho en eso.

Sabía que entre las personas más ricas del lugar, Laufeyson estaba en la punta de la pirámide, a parte que la belleza andrógina del azabache, con piel nieva y ojos esmeraldas lo hacían el novio más deseado por todas y todos los del colegio.

Thor no creía que este podría fiarse en un chico callado como él, y que intimidaba a casi todos con su gran estatura.

Al día siguiente de no aparecer a su "encuentro", Loki volvió a parar al rubio a las afueras del instituto.

—Creí haber sido claro en qué te esperaba ayer en la noche, ricitos. —Le dijo con enojo.

—Y yo creí que tan solo bromeabas. No me interesa tener nada contigo.

Thorkinktober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora