Thorkinktober 2020

Día 06. Sexo en la playa

Verano de los 90's

Las vacaciones de verano habían llegado. Y con ello el ansiado viaje de Thor a la casa de su abuelo Bor, en Brasil.

La residencia era bastante agradable, pintada toda de blanco, y con grandes ventanas que daban una hermosa vista a las costas brasileñas. Amaba la alegría y calidez de los habitantes del pueblo cercano. Sin duda un paraíso tropical para un noruego acostumbrado al frío de su tierra natal.

Luego de la muerte de su abuela Bestla, su abuelo decidió viajar hasta el Amazonas dedicándose a su pasión oculta: la botánica. Estuvo un tiempo en Leticia, Colombia, pero al final terminó en esta vieja casa al sur del país vecino.

Bor pasó mucho tiempo haciendo varias reparaciones para que la vivienda fuera habitable, y así invitar a su nieto a visitarlo las veces que él deseara.

Thor amaba a su abuelo, y amaba el lugar donde este vivía. Muchas veces le había comentando que su sueño era terminar la preparatoria y mudarse con él. Eso se lo dije a sus 8 años, y ahora con 17, todavía seguía pensando lo mismo.

***

—Thor, tengo que viajar para tomar unas muestras botánicas en el pueblo. —Le anunció su abuelo esa mañana. —Puede que me tome unos días mientras Zezé me presta sus herramientas.

—¿No puedo acompañarte?

—No, alguien tiene que quedarse en casa y recibir los paquetes. —Le avisó, Bor, mientras empacaba una mochila. —Y no te preocupes por el almuerzo, hablé con la señora Ribeira para que su hijo te traiga la comida, ya del desayuno y cena te encargas tú.

Los Ribeira eran una familia que vivía en una casa grande a 3 kilómetros de la cabaña de su abuelo. Thor nunca había hablado con alguno de ellos, solo sabía por su abuelo que eran 3 hermanos, y el menor tenía su misma edad.

—No tenías porqué molestar a los vecinos, viejo. Puedo cuidarme solo. —Lo acompañó hasta la vieja camioneta.

—Tu madre me matará si se entera que deje a su bebé "aguantando hambre", pórtate bien, y cuidado con meter chicas en la casa. Todavía tengo al señor Lopes reclamándome porque le robaste la pureza a su hija. —Le manoteó la cabeza.

—No es mi culpa que las latinas sean tan hermosas, además, Alexandra fue la que me coqueteó en primer lugar. —Se encogió de hombres en una carcajada.

—Como sea, solo no metas a tus conquistas en la casa. Llévalas a la playa o lo que sea. —Prendió el motor de la camioneta. —Adeus rufião.

—Farvel, bestefar. —Gritó, Thor, viendo a Bor alejarse.

Esa tarde espero y espero al chico que llegaría con su almuerzo, cuando el hambre lo obligó a buscar unas galletas en la alacena y merendar con cerveza.

Subiéndose a una hamaca cerca del porche de la puerta, se mesio lentamente arrullado por la brisa salina.

—Boa tarde, sou Loki, desculpe pela demora! —El ruido de la campana de bicicleta y los gritos de un chico lo sacaron de su letargo. —Tú debes ser Thor. —El recién llegado se lanzó de la cicla y corrió hasta envolverlo en un abrazo y estampar dos sonoros besos en ambas mejillas.

«Bor me ha hablado tanto de ti. Sé que vienes de Noruega y que eres su nieto. Yo soy Loki Ribeira, pero me imagino que Bor ya te dijo. —Comenzó a parlotear mientras entraba en la casa con bastante confianza. —Mi familia quiere bastante a tu abuelo, así que lo visitamos a menudo para cerciorarnos de que esté bien. Me alegra conocer a un chico de mi edad tan guapo, la escuela era la única manera que tenía de socializar, pero ahora que llegaste, el verano será más divertido y...