Thorkinktober 2020

Día 04. vendas en los ojos

—No, Thor. —Dijo enojado.

—Por favor, Loki, te lo suplico. Piénsalo como un nuevo nivel en nuestra relación.

—¡Joder, que no! No me iré a follar en una casa abandonada buscando que algún insecto se me meta por el culo. —Gritó, colgando la llama con su novio.

Thor y Loki llevaban más de dos años de relación. Ambos estudiantes de secundaria, comenzaron a disfrutar con el otro sus primeros encuentros sexuales, y llevados por sus hormonas adolescentes habían empezado a experimentar nuevas experiencias en la cama, desde juguetes sexuales, hasta juegos de roles.

Su última hazaña fue comenzar a tener sexo en lugares inapropiados, pero lo que le pedía su novio era inaceptable: follar en una vieja mansión que tenía fama de estar embrujada.

No era que Loki creyera en fantasmas, o cosas por el estilo. Pero sí era bastante vanidoso y un obsesivo con la limpieza, así que tirarse en una superficie húmeda y sucia no se le hacía para nada excitante.

Thor por el contrario le encanta la idea a más no poder. Había escuchado como los antiguos propietarios murieron en un accidente vehícular, y sus hijos, unos niños de 9 y 10 años habían quedado atrapados en el sótano del hogar mientras jugaban.

Amaba las historias de terror, y las casas embrujadas, por eso quería visitar el lugar al lado de su amado Loki, y por qué no, aprovechar el momento para tener un rapidín con la adrenalina de ser "espantados'' en el acto.

Estaba decidido a vivir esa experiencia con su novio, así que comenzando a seguir sus caprichos y siendo complaciente con él, más de lo normal, logró que el pelinegro aceptara cumplir su fetiche.

***

—Sin duda este lugar es un asco, no sé cómo me convenciste de venir aquí. —Gruño, Loki, viendo a través de una linterna las telarañas que invadían el hogar.

Esa noche habían decido hacer la exploración, entrando por un hueco de la reja del jardín trasero, y forzando la cerradura.

—Vamos, Loki, esto es muy emocionante. Según dicen, los hijos de los propietarios, murieron encerrados en el sótano, luego de que una fuga de gas los asfixiara. —Dijo, Thor, alumbrando con su linterna por cada habitación que pasaban. —La niñera no escuchó sus gritos, y cuando fue a buscarlos, los niños ya estaban muertos. Desde entonces, los vecinos escuchan risas y gritos infantiles provenientes de aquí.

—Es una encantadora historia. —Expresó el pelinegro con sarcasmo. —Me muero por conocer el sótano donde murieron los infantes.

—Me alegra que digas eso, porque ese será el lugar donde follaremos.

Loki, paró sus pasos al instante.

—¿Hablas en serio? —Preguntó con un sudor frío recorriéndole la frente.

—Claro, que sí. ¿Acaso tienes miedo? —Comenzó a reírse. —Creí que no creías en estas cosas.

—Claro que no, tonto. Pero estamos hablando de unos niños, por lo menos no hay que profanar el lugar donde murieron.

—Es solo una versión, Loki, no es seguro si murieron así. —Lo jalo mientras terminaban de recorrer la planta baja, y subían las escaleras rumbo a los dormitorios.

Thor corrió hasta la recámara de los padres, mientras Loki permanecía al lado de las escaleras. No sabía si continuar o no.

En ese instante un escalofrío recorrió su columna vertebral, se sentía observado.