Día 19. Profesor y alumno - Parte I

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—No. —Dijo firme.

—No fue una sugerencia, Thor. — Suspiró Balder, cansado de la terquedad de su hermano. —Lo hablé con Odín, y ambos acordamos que es lo mejor.

—Pues tú y el viejo se pueden joder, pero no quiero un tutor.

—Si repruebas tu próximo examen, tendrás que asistir a clases de verano. —Le explicó de nuevo. —¿De verdad quieres eso?

—Puedo estudiar solo. No necesito de un idiota que me esté decidiendo lo que ya sé.

—¿Ah sí? ¿Entonces porque vas reprobando todo el curso de literatura?

Thor gruñó cansado de esta conversación. Su hermano venía a casa cada dos semanas, y nunca desaprovechaba su visita para preguntarle al adolescente sobre la escuela, y la universidad que iría a futuro.

Estaba en su último año de preparatoria, y la verdad no tenía la menor idea de qué hacer con su vida. Le gustaba los deportes y las matemáticas, pero odiaba las humanidades.

Su hermano estaba próximo a terminar la universidad, y siempre le insistía en ganar una beca para que asistiera al mismo campus. Pero esto era imposible si Thor no mejoraba sus calificaciones.

Para esto, Balder le propuso recibir asesorías de un amigo suyo, el cual estudiaba literatura y letras. Pero si había algo que Thor odiara, era recibir ayuda de un extraño. Prefería reprobar a tener que desperdiciar su tarde de los sábados con un sabelotodo, como lo eran casi todos los amigos de su hermano mayor.

—Mira, Balder, de verdad agradezco que quieras ayudarme. —Trató de conciliar. —Le prometí a mis padres que me esforzara. Así que dile a tu amigo, que gracias, pero que se puede ir a la mierda.

—Pues eso será un problema, porque él ya llegó. —Se asomó hasta la ventana, donde podía observar como un carro se estacionaba al frente de la casa, y de el bajaba un pelinegro.

—¡¿Qué?!

—Deja de ser un mocoso irritante, Thor. —Giró los ojos exasperado. —Loki es un gran sujeto.

"¿Loki?" Pensó riéndose para sus adentros. Era el mismo nombre de aquel tipo de hace tres semanas.

Escucharon el sonido del timbre, los pasos de su madre abriendo la puerta, y unos murmullos que parecían ser un intercambio de saludos.

—¡Están en la habitación de Thor! —Le avisó Frigga desde abajo. —¡Sube las escaleras, y al fondo a la derecha!

—Gracias, Frigga. —Se escuchó una voz profunda, y que puso en alerta al menor. Se escuchaba tan parecido a...

En cuanto ese tal Loki entró en la habitación, un perfume inolvidable llegó a sus fosas nasales. Tantas coincidencias eran imposibles. No había duda, era él.

El sonido de su corazón se aceleró aturdiendo sus tímpanos, a medida que la mirada esmeralda pasó de saludar a Balder, y luego dirigirse a Thor.

Una mezcla de asombro y horror tomó cada facción en el rostro del recién llegado. Loki también pareció haberlo reconocido.

***

Tres semanas atrás...

Thor miró frustrado la pantalla de su teléfono. Había perdido la conexión desde que subió al metro, y ahora que estaba en la pizzería donde se encontraría con sus amigos, un montón de mensajes llegaron a su chat grupal donde cada uno sacaba una excusa de último minuto para no asistir.

Thorkinktober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora