Día 10. Sexo en el auto

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—¡Ya estoy harto, ¿es ella o yo?! —Gritó, Tony, empujando el hombro del rubio.

—Tony, por favor cálmate. —Trato de conciliar, Steve.

—No me pidas calma, Rogers. —Las mejillas del castaño se encontraban rojas de ira. —Siempre es lo mismo con Sharon. ¡Un año! Terminaron hace más de un año, y todavía sigue intentando coquetearte, aunque todos en la escuela saben que tú y yo somos novios.

—Cariño, ella solo estaba un poco borracha y necesitaba ayuda para ir al baño. —Trato de explicar, Steve.

—¡Me importa una mierda eso! Habían más de cien personas en la fiesta ¿y tenías que ser precisamente tú el que la llevara?

Loki suspiró aburrido con la escena de celos que estaba montando su mejor amigo.

Esa noche Tony había decido hacer una fiesta en la mansión Stark. Como se esperaba, casi toda la secundaria asistió incluida la exnovia de Steve.

La fiesta iba de maravilla hasta que Tony vio al rubio llevando en sus brazos a Sharon. La música se silenció en el acto y Tony pidió que todos salieran de la casa, finalizando la celebración antes de la medianoche.

Y así era como había terminado su grupo de amigos sentados en las butacas del jardín viendo como la pareja discutía, o más bien como Tony le recriminaba a Steve, y este intentaba calmarlo con besos y abrazos.

A ojos de Loki, Steve sin duda era un santo o tonto. Amaba a su mejor amigo, pero tendrían que hablar en algún momento sobre cómo controlar los celos enfermizos por el bien de su relación.

Natasha estaba masajeándose con alguien a través del celular, mientras Bruce estaba borracho a su lado.

Y alegando que los gritos de Tony le daban dolor de cabeza, Clint se había retirado a dormir a un sofá de la sala.

Loki dio una última calada a su cigarrillo cuando sintió la intensa mirada de Thor en su nuca. Esa expresión solo se traducía en que el rubio quería tener sexo en alguna de las muchas habitaciones de la mansión.

Era una invitación bastante prometedora, pero esta noche no se sentía de ánimos para seguir el juego que él y Odinson habían comenzado unos meses atrás.

—Me largo, dile a Tony que me escriba mañana. —Se despidió, dejándole el mensaje a la pelirroja, la cual solo asintió sin despegar la mirada del teléfono.

Salió a paso rápido del jardín, hasta llegar a la reja trasera y comenzar a dirigirse a la parada de buses más cercana.

—¡Loki, espera! —La voz de Thor, lo hizo tensarse involuntariamente. —¿A dónde vas tan tarde? Creí que nos quedaríamos a dormir en la casa de Tony.

—No estoy de ánimos para escuchar los gemidos de Stark en la madrugada. —Se encogió de hombros. —Todos sabemos que sus peleas siempre terminan en sexo de reconciliación.

—Pues sí, pero creí que podríamos dormir en la habitación más alejada de la suya y tener nuestro propio espectáculo. —Trató de bromear Thor, intentando dar un beso al pelinegro, pero este lo esquivo sutilmente.

—No estoy de ánimos. —Se excuso, dando un paso hacia atrás. —Solo quiero ir a dormir a mi casa.

El rubio se extrañó de la actitud esquiva del contrario, pero no pensaba presionar a Loki de ninguna manera.

—De acuerdo, pero deja que te lleve en mi auto. Es más seguro que tomar el autobús a esta hora.

Laufeyson asintió despacio, siguiendo a Thor hasta el garaje donde se encontraba su camioneta.

Thorkinktober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora