Thorkinktober 2020

Día 01. Primera vez

—¿Hablas en serio que es mejor, Frandal? —Volvió a cuestionar incrédulo de lo que escuchaba.

—Que sí, Thor. —Volvió a responder el rubio, exasperado de la misma pregunta.

—¿Mejor que el hidromiel que robamos de la bodega de Odín? ¿Mejor que comer pastel hasta reventar? ¿Mejor que saltar de la cascada más alta? ¿Mejor...

—¡Por Odín! ¡Que sí! — Grito un exasperado Frandal. —Follar es mejor que el hidromiel, que el dulce, que la adrenalina de saltar, que cualquier maldita cosa que se te ocurra, ¿entiendes? ¿Es claro para ti de una vez por todas?

El príncipe se quedó pensando las palabras de su amigo. Esa noche Fandral, Hogun y Volstagg habían ido a amanecer en las habitaciones de Thor en una especie de reunión nocturna, que básicamente consistía en emborracharse con vino e hidromiel y contar historias de fantasmas.

O ese era el plan inicial hasta que Frandal comenzó a contar sus proezas con las chicas, y entras esas, alardeó con orgullo que ya no era virgen. Siendo tan solo un grupo de revoltosos adolescentes —nombre dado por los sirvientes víctimas de sus bromas pesadas—, que solo pensaban en travesuras y soñar con ser unos respetados guerreros que defenderán Asgard, nunca pensaron en el tema de intimar con las chicas, o por lo menos no tan "profundamente".

Hogun y Volstagg, también cansados de la insistencia de Thor para que el rubio siguiera descartando sus comparaciones relacionadas con el sexo, le pidieron a Frandal que les contara con qué chica de la corte lo había hecho, y los detalles del momento.

Frandal como buen charlatán que era, comenzó a decir hasta el más mínimo detalle, incitando el morbo de los pubertos, excepto de Thor que seguía dudando de sí en verdad follar era tan maravilloso a comparación de todas esas cosas que él amaba hacer.

Sin embargo, ver a sus amigos tan concentrados en las palabras del rubio, removió esa envidia de príncipe caprichoso en su interior, y decidió que él sería el siguiente en acostarse con alguien.

Ya lo verán, me acostaré con la doncella más bella de todo Asgard, y nuestro encuentro será tan fogoso, que incluso Freyja sentirá envidia.

Pensó con una tonta sonrisa de autosuficiencia. Estaba decidido, Thor sería el siguiente en perder la virginidad del grupo.

***

Aquella mañana el alboroto que se escuchaba en los pasillos fuera de su habitación era insoportable.

Levantándose con un humor que podría invocar al trueno, Thor se dejó atender por los sirvientes que venían a prepararlo con su armadura de gala.

—¿Tenemos invitados especiales hoy? —cuestiono el rubio. —El Padre de Todo no me dijo nada.

—Es un Jötun, mi príncipe. —Respondió la criada, mientras acomodaba la característica capa roja en los hombros de Thor. —Escuché que se trata de un consejero del rey Laufey.

—No entiendo por qué Odín tiene que recibir esos gigantes de hielo. —Exclamó con asco el heredero de Asgard. —Son torpes, huelen a pescado y podría jurar que cuando nadie los ve roban la decoración del palacio.

La guerra entre Asgard y Jötunheim había llegado a su fin hace unos dos siglos. No obstante, las relaciones entre ambos reinos eran lo suficientemente tensas para que en cualquier momento volviera a estallar una confrontación. Por lo tanto, cada 5 años un consejero real del reino helado se reunía en audiencia con Odín, con el objetivo de supervisar que las condiciones del acuerdo de paz se cumplieran.

El mayor problema era que estos "indeseables" invitados terminaban pasando una instancia larga de una semana, siendo Thor el encargado de guiar los Jötuns por las instalaciones de la ciudad.