– Este año hay dos cambios en el profesorado. Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la profesora Grubbly-Plank, que se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas; también nos complace enormemente presentarles a la profesora Dolores Umbridge, la nueva responsable de "Defensa Contra las Artes Oscuras".
Tras las palabras del director Dumbledore, Atenea Avramidis suspiró pesadamente y miró con disgusto hacia la mesa de los profesores, específicamente a la sonriente mujer vestida con un conjunto rosa, bastante desagradable para la vista.
– Es un orgullo contar con otra profesora que perteneció a la casa de Slytherin – dijo Pansy Parkinson al lado de su amiga.
– ¿Alguna vez has escuchado su voz? – dijo Atenea – Estoy segura de que ningún otro sonido puede hacer que llegues a tener un dolor de cabeza tan fuerte. A no ser que saques una mandrágora, y además te muerda un dedo ¿verdad Malfoy? – preguntó riéndose del rubio que se sentaba al frente suyo, causando además las risas de sus amigos Blaise Zabini y Pansy Parkinson.
– Cállate Avramidis. Y tú, Zabini, no te rías, no es gracioso - se defendió Draco tras la burla que le hizo su compañera.
El director siguió diciendo:
– Las pruebas para los equipos de quidditch de cada casa tendrán lugar en...
Sin siquiera terminar la frase, se escuchó un "Ejem, ejem". La profesora Umbridge se aclaró la garganta para poder hablar.
– Gracias, señor director, por esas amables palabras de bienvenida. ¡Bueno, en primer lugar, quiero decir que me alegro de haber vuelto a Hogwarts! ¡Y de ver tantos rostros felices!
Tras ese comentario, Atenea echó un vistazo a su alrededor. Ninguna de las caras que vio tenían el aspecto de sentirse feliz.
– ¡Estoy impaciente por conocerlos a todos y estoy segura de que seremos muy buenos amigos!
Al oír aquello, los alumnos se miraron unos a otros; algunos ya no podían contener una sonrisa burlona.
– Creo que le voy a pedir prestadas las orejeras a la profesora Sprout cuando esté cerca de Umbridge – le susurró Atenea a Blaise, y ambos rieron.
– El Ministerio de Magia siempre ha considerado de vital importancia la educación de los jóvenes magos y de las jóvenes brujas. Los excepcionales dones...
Sin importarle más el discurso de Umbridge, Avramidis tomó el periódico "El Quisquilloso" que estaba suelto en el centro de la mesa, y se sumió en la lectura.
Después de un par de minutos, cuando dejó de escuchar la irritante voz de la mujer, Dumbledore aplaudió y los profesores lo imitaron.
– Muchas gracias, profesora Umbridge. Y ahora, como iba diciendo, las pruebas de quidditch se celebrarán...
– ¿Ustedes van a seguir con el quidditch? – preguntó Pansy, dirigiéndose a Atenea y a Draco.
– Yo sí. Pero espero que Malfoy no. Hasta ahora no te he visto atrapar una snitch desde que entraste al equipo. En mi opinión, eres un pésimo buscador.
– Y aparte de ser un gran dolor de cabeza, tú eres una pésima cazadora ¿te lo habían dicho antes?
– Claro que no, porque yo soy, de todo el equipo, la que hago más puntos.
– Eso es cierto – Zabini opina, interviniendo en la conversación.
– Zabini, a veces me cuestiono si eres más mi amigo o lo eres de Avramidis.
– Los quiero a ambos por igual, no me hagan elegir.
Como si la suerte de Zabini estuviese de su lado, de pronto se produjo un gran ruido a su alrededor. Dedujo que Dumbledore los había despedido a todos, porque los alumnos se habían puesto de pie y se disponían a salir del Gran Comedor.
Atenea se levantó rápidamente.
– ¡Malfoy, tenemos que enseñar a los de primero adónde deben ir!
– ¡Ah, sí! ¡Eh, eh, ustedes, enanos, vengan aquí ahora!
– ¡Draco! ¡Son niños, no les hables así!
El chico solo se limitó a revolotear los ojos y empezar a caminar al lado de Atenea.
– ¡Los de primer año! ¡Por aquí, por favor! – llamó Atenea con tono autoritario a los nuevos alumnos de su mesa.
– Hasta luego, los veo mañana – les dijo la prefecta de la casa de Slytherin a sus amigos, antes de irse con su compañero y con los niños nuevos hacia sus respectivas habitaciones.
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Feel Something |Draco Malfoy|
Fanfiction- ¡Expecto Patronum! - gritó Draco con todas sus fuerzas. Pero, sin ver resultado alguno, Atenea tuvo que invocar ella misma a su Patronus, para encerrar nuevamente a los dementores a la caja. - No puedo hacerlo. - Si puedes, sólo tienes que pensar...