Capítulo 7

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– Esa mujer es repugnante. Tenemos que tomar cartas en el asunto – afirmó Hermione al enterarse lo sucedido con la profesora Umbridge ayer por la noche.

– Yo propongo que la envenenemos – sugirió Ron con gravedad.

– No, en serio... Tendríamos que acusarla por lo que les hizo a Harry y a Atenea, y sobre el hecho de que con ella no vamos a aprender nada de Defensa – propuso Hermione.

– Pero ¿Qué quieres que hagamos? – le preguntó Ron – Es demasiado tarde, ¿no? Ya le han dado el empleo, y ahora no se va a marchar.

– Bueno, se me ha ocurrido... – Hermione miró con cierto nerviosismo a Harry y a Atenea, pero prosiguió – Se me ha ocurrido que a lo mejor ha llegado el momento... de que actuemos por nuestra cuenta.

– ¿De que actuemos por nuestra cuenta? – repitió cautelosamente Harry.

– Me refiero a... aprender Defensa Contra las Artes Oscuras... nosotros solos – aclaró Hermione.

– ¿Pretendes hacernos trabajar aún más? ¿No te das cuenta de que Harry y yo volvemos a tener los deberes atrasados debido a todas las tardes de castigo? – preguntó Atenea.

– Pero ¡Esto es mucho más importante que los deberes! – protestó Hermione.

Harry, Ron y Atenea la miraron con los ojos desorbitados.

– ¡No sabía que en el universo hubiera algo más importante que los deberes! – exclamó Ron.

– No seas tonto, claro que lo hay – replicó Hermione – Se trata de prepararnos para lo que nos espera fuera del colegio. Se trata de asegurarnos de que verdaderamente sepamos defendernos.

– No podremos hacer gran cosa nosotros solos – habló Ron – Sí, podemos buscar embrujos en la biblioteca e intentar practicarlos, supongo...

– No, ya hemos superado esa etapa en la que sólo podíamos aprender cosas en los libros – dijo Hermione – Necesitamos un profesor, un profesor de verdad que nos enseñe a usar los hechizos y nos corrija si los hacemos mal.

– Si estás pensando en Lupin... – empezó a decir Atenea.

– No, no, no estoy pensando en Lupin – dijo Hermione – Él está demasiado ocupado con la Orden, y además sólo podríamos verlo los fines de semana que fuéramos a Hogsmeade, y eso no sería suficiente.

– Entonces, ¿en quién? – preguntó Harry, mirándola con el entrecejo fruncido.

Hermione suspiró profundamente.

– ¿No lo han captado? – se lamentó – Podrías hacerlo tú, Harry.

– Podría hacer ¿qué? – se sorprendió él.

– Podrías enseñarnos Defensa Contra las Artes Oscuras.

Harry la miró fijamente. Luego dirigió la vista hacia Ron, dispuesto a cambiar con él una de aquellas miradas de exasperación. Sin embargo, para desesperación de Harry, Ron no parecía nada exasperado, y Atenea, después de reflexionar unos instantes con el entrecejo un poco fruncido, dijo:

– No es mala idea.

– ¿Qué es lo que no es mala idea? – le preguntó Harry.

– Que nos enseñes tú.

– Pero si... – Harry sonrió, convencido de que sus amigos estaban tomándole el pelo – Pero si yo no soy profesor. Yo no puedo...

– Harry, eres el mejor de nuestro curso en Defensa Contra las Artes Oscuras – le recordó Hermione.

Feel Something |Draco Malfoy| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora