Al día siguiente, todos los alumnos estaban sentados en sus respectivas mesas, desayunando y hablando tranquilamente.
– ¿Han escuchado que Potter y algunos alumnos estuvieron merodeando por los pasillos ayer por la noche? – preguntó Blaise, ajeno a lo que había hecho su compañera la noche anterior.
En cambio, Atenea, mientras tomaba el jugo, había tosido involuntariamente tras escuchar ese comentario, produciendo que se atorara y apoyara el vaso fuertemente sobre la mesa. Esto causó las miradas extrañas y alarmadas de sus amigos.
– ¿Todo bien? – le preguntó Draco con el ceño fruncido, dándole pequeños golpes en la espalda para que dejara de toser.
– Eh... sí, sí. – respondió Atenea como si nada hubiese pasado, tomando una servilleta y limpiando lo que había derramado.
– ¿Te han contado algo? – habló Pansy, entrecerrando los ojos.
– ¿A mí? Pff, por favor, chicos, qué voy a saber yo las cosas que hace Harry – contestó Atenea, moviendo las manos exageradamente, tratando de justificarse.
Draco, con una mirada seria que le dirigía a Atenea, estaba dudando de lo que decía. Ayer había llegado tarde a su habitación, y cuando le preguntó dónde estaba, ella no respondió.
– Ha sonado la campana – dijo Atenea levantándose apenas lo escuchó, evitando la mirada inquisidora de Draco – Vámonos, que nos toca clase con Snape, y no quiero que nos baje puntos.
Mientras se unían a la fila que se había formado delante de la puerta del aula de Snape, le brindó una amable sonrisa a Hermione, quien se encontraba esperando junto con Harry y Ron a que las puertas se abriesen. De pronto se escuchó el chirrido de la puerta, abriendo paso para que todos entrasen al aula.
Entró en el aula junto con Draco, quien últimamente se sentaba con ella durante las clases. Caminaron hasta la mesa donde se sentaban siempre, al fondo.
– Silencio – ordenó Snape con voz cortante al cerrar la puerta tras él.
En realidad, no había ninguna necesidad de que los callara, pues en cuanto los alumnos oyeron que la puerta se cerraba, se quedaron quietos y callados, ya que la sola presencia de Snape bastaba para imponer silencio en el aula.
– Antes de empezar la clase de hoy – dijo el profesor desde su mesa, mirando fijamente a todos los estudiantes – Creo conveniente recordarles que el próximo mes realizarán un importante examen en el que demostrarán cuánto han aprendido sobre la composición y el uso de las pociones mágicas. Teniendo en cuanta que algunos alumnos de esta clase son pésimos en mi curso, espero que consigan, aunque sea, un "Aceptable" en el TIMO.
El profesor miró severamente a algunos estudiantes, más que todo a los de Gryffindor.
– Hoy vamos a preparar una poción que suele salir en el examen de "Título Indispensable de Magia Ordinaria": el Filtro de Paz, una poción para calmar la ansiedad y aliviar el nerviosismo. Pero les advierto: si no miden bien los ingredientes, pueden provocar un profundo y a veces irreversible sueño a
la persona que la beba, de modo que tendrán que prestar mucha atención a lo que están haciendo.
Atenea, con ambos codos apoyados sobre la mesa y su mano derecha que soportaba su mentón, miraba al profesor con atención, ya que la clase de Pociones no era su fuerte.
– Los ingredientes y el método están en la pizarra – continuó Snape y agitó su varita – Encontrarán todo lo que van a necesitar en el armario del material. Tienen una hora y media. Ya pueden empezar.
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Feel Something |Draco Malfoy|
Fiksi Penggemar- ¡Expecto Patronum! - gritó Draco con todas sus fuerzas. Pero, sin ver resultado alguno, Atenea tuvo que invocar ella misma a su Patronus, para encerrar nuevamente a los dementores a la caja. - No puedo hacerlo. - Si puedes, sólo tienes que pensar...