La tarde pasó tranquila para cada una de las chicas en sus respectivas casas asignadas, dando paso al siguiente día. A Yachi se le hizo más fácil adaptarse, pues los omegas eran bastante tranquilos y ordenados, bueno excepto un pelinaraja un poquito hiperactivo.
-Yachi-san, se me olvidó preguntarte ¿cuántos años tienes?- preguntó Hinata, quien se encontraba en la habitación de la rubia conversando con ella, ya que se estaban llevando bastante bien.
-Oh, pues tengo 18, aunque parezco menor- respondió Yachi.
-Estamos iguales, yo también tengo 18 aunque parezco de 15 años- rió bajito Hinata -Maldita genética, aunque bueno... no conocí a mi familia- comentó el pelinaranja, algo nervioso al ver la expresión de la rubia -perdón si te incomode- bajo la mirada avergonzado.
-No te preocupes, solo que me sorprendí... - dijo Yachi, mirando hacia abajo -Al parecer, nos parecemos más de lo que creemos.
-¿Cómo?- preguntó Shoyo, confundido.
-Yo tampoco conocí a mis padres o madres- respondió Yachi.
-Pero dijiste que tu padre te había enviado- se sorprendió Hinata.
-Le digo padre de cariño, porque él y su familia me acogieron cuando el orfanato donde me encontraba se quemó- explicó entristeciéndose ante el recuerdo.
-Ahora que lo analizo un poco, ¿El señor Han sería tu padre?- preguntó Shoyo, tratando de asimilarlo todo.
-Exactamente, él es mi Salvador- sonrió al recordar que actualmente sí tenía una familia -Aunque no me adoptó directamente, yo aún conservo el apellido que me dieron en el orfanato.
-Oh, bueno, yo me escapé junto a Kenma, y Suga nos encontró, para nosotros él es nuestro salvador y lo más cercano a una madre o un padre que tenemos- añadió Shoyo, con sinceridad, reflexionando sobre la importancia de tener un hogar y personas que te cuiden.
-¿Te gustaría ir a entrenar conmigo, Yachi-san? Aún es temprano para el almuerzo- le ofreció Hinata cambiando el tema, el cual ya se estaba poniendo un poco triste.
-Sí, claro, aunque tal vez te estorbe- respondio algo insegura de sus habilidades físicas.
-Claro que no, tú solo ven- jalo de la mano a la rubia, llevándola a un salón preparado para entrenar.
-Yachi-san, pelea conmigo- se puso en posición de combate, esperando a que la rubia lo hiciera.
-Bueno, ya que insistes- la rubia se colocó frente a Hinata en la misma posición.
Los golpes iban y venían, mostrando que la apariencia de ambos no reflejaba su verdadera fuerza y habilidad en el combate.
Por otro lado, Suga y Yaku estaban ocupados cocinando para su gran familia cuando de repente tocaron la puerta. El peligris se dirigió a abrirla, porque presentía que nadie más iría.
-Hola- saludó un cansado Takeda al entrar a la gran casa donde vivían los omegas -¿Ya llegó nuestro invitado?.
-Hola, y sí, pero te sorprenderás cuando "lo veas"-Suga hizo comillas con los dedos, desconcertando a Takeda -Kenma- llamó al teñido que venía bajando las escaleras guiado por el rico olor a comida -ve a buscar a Shoyo y a Yachi, están en la sala de entrenamientos, que ya vamos a almorzar, y dile a Noya que ponga los cubiertos.
-Sí, mamá- contestó Kenma, acompañando su respuesta con un bostezo.
-Ustedes realmente parecen una familia, aunque creo que ya va haciendo falta un padre- Takeda sonrió de manera coqueta a su sobrino, a quien realmente quería como a un hijo y disfrutaba molestarlo.
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"Betta splendens"(omegaverse)
Fiksi PenggemarLa idea de que los omegas son débiles es una percepción arraigada en la sociedad, pero ¿qué pasaría si un grupo de omegas decidiera desafiar esa noción y demostrar su fuerza y capacidad intelectual? Para lograrlo, podrían recurrir a una pequeña ment...