CAPÍTULO 14.

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Parte 1:

Al día siguiente, el padre de Sarah la llevó al colegio en su coche.

En cuanto se bajó vió a sus amigas. Fue hacia ellas lentamente, le dolia el pie.

-Buenos dias.-dijo ella avanzando.

-¡Hey, buenos dias!-le dijo Kate.

-¿Que tal vas con ese pie?-le dijo Gissy señalando la extremidad con la cabeza.

-Horroroso. Este pie me ha hecho pasar una mierda de noche- dijo estirando la pierna hacia delante.

-Con razón tienes esas ojeras-le dijo Mary.-Te recomiendo ponerte cucharas heladas. Se te congelarán las órbitas, pero esas arrugas desaparecerán en menos que canta un gallo.

-¡Jajajaja! Lo probaré-le dijo Sarah guiñando un ojo.

-Mirad quienes vienen por ahí.-dijo Kate, mirando hacia la puerta.

Sarah, que estaba de espaldas a la puerta, se giró hacia ella y los vió: Lauren y Liam. El chico la abrazaba dulcemente y reían. Él le dió un beso en la cabeza y ella uno en la boca. Era un besuqueo constante. Sarah sintió una sensación extraña. Eran celos, pero no queria catalogarlo como tal.

"¿Por qué es tan frío y seco conmigo, pero con ella tan cálido y cercano? Yo he intentado acercarme a él. Ella se ha quedado ahí, quieta, sin hacer nada por él.", pensaba Sarah. Sentía un peso grande sobre los hombros. La parejita se sentó en un bordillo al lado de la puerta. Lauren se sentó arriba de las piernas de Liam, quien le acariciaba el cabello suavemente. A Sarah le pareció que les estaba mirando mucho, demasiado. Así que dejó de mirarlos, centrándose en la conversación de las chicas. Pero ellas no se iban a ir muy lejos de ese tema:

-Mirad, si son los L&L... el "frío" y la traidora...-dijo Kate.

-No creo que haya que llamarla traidora...-dijo Sarah.

-¿Pero tu la has visto? Desde que está con él hace unos dias, ¡ni nos habla! ¡Va de importante por todo el instituto!

-Ya, Kate. Relájate.-le dijo Gissy.

-No, ¡no me relajo!-siguió Kate- ¿Y el otro? ¡A ese si que le voy a partir la cabeza! ¡Tan frío, seco y arrogante que era contigo para que ahora le esté pasando la manito por el pelo a su noviecita... que asco me da.

-Kate, relax. A mi tampoco me gusta la actitud de Lauren pero no es para ponerse así.-le dijo Mary.

-¡Si es que les incrustaría la cabeza a los dos así: PAM!-Siguió Kate, acercando sus manos bruscamente como gesto de golpe.

La puerta se abrió.

-Chicas, voy al baño un momento, que tengo la vejiga a petar.-les dijo Sarah.

-De acuerdo, nosotras vamos entrando también.

Sarah fue al baño. Estaba casi oscuro, solo las bombillas que estaban arriba de los lava manos funcionaban. Ella apoyó los codos en uno de ellos, con la cabeza gacha. Unas lágrimas de tristeza le caían al lava manos desde su barbilla. Tenía muchos sentimientos mezclados: tristeza, amor, celos, rabia... según Lauren, ella ya sospechaba que le gustaba Liam, ¿como le pudo hacer eso? Y Liam... por un momento se maldijo a ella misma por fijarse en él, por intentar ser su amiga, por... enamorarse de él como nunca antes de habia enamorado de alguien.

"Dios, ¿como se puede ser tan estúpida? Te trata mal, Sarah. No te merece", le decia una parte de su conciencia. Pero la otra parte de su conciencia le podía. Le amaba de verdad, las metafóricas maripositas en el estómago... al fin las sentía, cuando estaba cerca de él. Aunque deseaba no sentirlas con ese dolor dentro de ella. Visualizó su cara unos segundos: esos ojos miel, sus labios rosados pidiendo ser su amigo, ese flequillo que le tapaba la parte derecha de la frente... todo, todo le gustaba de él. "Tranquila, hay mil peces en el mar, te encontrarás con más como él.", también se decía. Negó, como si estuviera hablando realmente con su consciencia. Subió la cabeza y se vió en el espejo. Tenía pequeñas bolsas de llorar, su cara roja y sus ojos algo hinchados.

-Ya está, Sarah. No llores por él. No te quiere, acéptalo. Es lo mejor que puedes hacer.-dijo en voz baja, para ella misma. Abrió el grifo y se mojó la cara. El agua fría se le mezclaba con las lágrimas calientes, recién salidas de sus ojos. Se secó la cara y cogió su estuche de maquillaje, que estaba metido en su mochila. Se estaba acabando de perfilar sus labios con gloss, cuando se oyó la puerta cerrándose. No prestó atención.

-Escúchame, Sarah.

Ella se giró. Lauren. Siguió pasando de ella. Lauren se acercó a Sarah, dejando que la luz que había arriba de los lava manos iluminara su pelo, recién planchado esa mañana.

-Como se te ocurra acercarte un solo centímetro a mi novio, te vas a enterar.

-Perdona, ¿qué?-le dijo Sarah. Estaba dolida, pero no queria que se le notáse, y menos que lo notáse ella.

-Sé que me has oido. Sé que te gusta Liam. Pero, has tenido la desgracia de que, como és logico, se ha fijado en alguien mil veces más atractiva que tu.-Lauren dejaba ver su lado más antipático y arrogante. Todo su antiguo comportamiento era pura hipocresía.- És solo una advertencia, por que no tendré ningun reparo en hacerte caer por las escaleras de nuevo, ¿de acuerdo?

Sarah paró de pintarse los labios. Eso no se lo esperaba. ¿En serio? ¿Una de sus "mejores amigas" le había hecho caer por las escaleras?

Lauren se le acercó más, hasta que estuviera a uns muy corta distancia de Sarah. Ésta la veia reflejada en el espejo.

-Ten cuidado, Sarah. Hasta luego.

Puso rumbo hacia la puerta, haciendo resonar sus tacones de unos 4 cm de alto.

Sarah se volvió a mirar al espejo una vez más. Ahora si, quería irse a su casa y llorar todo el puto día, hasta dehidratarse completamente. Pero reprimió las lágrimas. "Se fuerte", se dijo. Recogió sus cosas y se fue del baño.

Dark LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora