Los días dejaron de ser cortos. Ahora cada uno parecía llevar toneladas de piedras en las horas, arrastrando esperanzas y segundos cargados de ansiedad.
Byul sabía que el día menos esperado, sería el correcto para huir. Por ahora se mantenía súper más alerta que antes.
Pasó una semana en la que pudo averiguar más sobre el jardín al que asistía Sunnie. Sus actividades empezaban a las diez de la mañana, y Sunnie llegaba justo a tiempo para el almuerzo.
Era algo que debía tener en cuenta si se presentaba alguna oportunidad.
Ahora mismo, Byul estaba junto a Krystal, apoyadas en el cercado de madera que encerraba el campo frontal.
Krystal había llegado sin previo aviso — como siempre — luego de que Byul no le contestara los mensajes. Supuestamente eran amigas, y eso trataba de reforzarlo aunque Byul actuara muy distante las últimas semanas.
Todo indicaba que iba a llover en cualquier momento. Una leve brisa sacudía los árboles del camino y formaba la piel de gallina a ambas que se quedaron sin tema de conversación en ese momento.
— No me has contado qué tal estás. — empezó hablando Krystal. Ella misma abrazándose a los costados y recostando un lado de su cadera en la valla.
Había estado observando a Eric mandar a unos cuatros peones a hacer lo que sea que les dijo. Parecía que los reprendió un buen rato hasta que los dejó ir con rostros inexpresivos.
Entonces cuando miró a Byul, estoicamente llevó su mirada hacia donde ella la tenía puesta.
En Yongsun.
Krystal se dio cuenta que Byul ni siquiera le había escuchado por estar observando con detenimiento a Yongsun. Luego, Byul miró sus botas y dirigió su mirada a Eric, sin siquiera percatarse de la mirada que Krystal le daba.
Nuevamente, Byul dejó de mirar el campo y con sus manos metidas en sus bolsillos en busca de algo de calor, volvió a mirar en dirección a la casa.
Krystal entrecerró sus ojos.
Yongsun estaba en el portal de la casa, sentada en una de las sillas, leyendo disimuladamente un libro mientras que Sunnie jugaba con unos juguetes sobre un tapete.
Pero Krystal jamás se hubiera imaginado cruzarse con los ojos de Yongsun en el camino justo cuando Byul dejó de mirar la casa para verificar si Eric la estaba viendo.
Los ojos de Yongsun se asomaron sobre el libro mirando en dirección a ellas. Al ver que Krystal la había atrapado, enseguida los bajó para continuar "leyendo".
Ante el bochorno por el que había pasado, Yongsun dejó el libro en la mesita de a lado y colocó toda su atención a Sunnie para disimular. Empezó a jugar y hablar con la bebé hasta que miraba en dirección a las otras y se percataba de que Krystal no la mirase para continuar con su vigilancia.
El miedo que sintió al ser descubierta, era invisible ante la tarea que se dio de vigilarlas.
Krystal, no volvió a ver hacia Yongsun, sin embargo, notar que toda la atención de Byul estaba del otro lado, como si solo tuviera ojos para ellas, le colocaba unas inmensas ganas de preguntarle a que se debía.
Después de todo, estaba segura de que su amistad con Byul era lo suficientemente segura como para tener confianza en una que otra cosa.
Krystal levantó una ceja cuando atrapó de nuevo a Yongsun mirándolas con la expresión más inextricable que había visto.
Suspiró. Todo estaba siendo amotinado de una manera alocada.
¡Que estaba en una pelea de miradas entre dos personajes poco usuales!