Capítulo 11

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⚠️Algunas personas no toleran el contenido gip y es por eso que este no es su capítulo.
⚠️A partir de este capítulo presenciarán saltos de tiempo. Se recomienda agarrarse bien del teléfono y pastillas para el mareo.

Un año había pasado ya.

La cuestión era que Byul nunca se había imaginado que seguiría viva hasta este punto. Y eso lo explicaría más tarde.

Las primeras semanas estaban llenas de dudas.

Por más que se había convencido de que Hyejin no había visto absolutamente nada, la preocupación siempre llegaba a ella como corriente sin piedras.

Aún así, el tiempo que pasaba con Yongsun y Sunnie, aunque fuera escaso, lo disfrutaba como siempre. Solamente podía estar con ellas del todo, uno o dos días por semanas conforme se daba la oportunidad, de no ser así, podía observarlas desde lejos, como ahora mismo.

El día había empezado fresco, eran las siete de la mañana y Yongsun estaba en la parte trasera de la casa tendiendo la ropa de la cesta, con Sunnie sentada en un tapete cerca de ella.

Era una de las tácticas que a Yongsun se le había ocurrido para que Byul pudiera ver a su hija, haciendo cosas por ella misma exonerando a Hyejin; tendía la ropa, últimamente sembraba plantas en lo potes de las esquinas y les regaba agua, todo con Sunnie en el coche o en tapetes.

Y ella estaba agradecida.

Sunnie ya había cumplido un año, uno en el que no pudo estar por completo y arrepentida se sentía por no esforzarse más en conseguir tiempo. En su cumpleaños Yongsun había tratado de que pudiera verla de muchas maneras pero Eric de un tiempo a otro estaba insistente con pasar tiempo con la bebé, y al final, Byul se había deprimido.

Pero después de dos días, Yongsun le había sorprendido en los establos con la bebé y luego de que Byul le repartiera besos a Sunnie por todo su rostro haciéndola reír se había recompuesto de inmediato.

Nada podía regresarle su primer cumpleaños, y al menos lo comprendía.

La situación con Yongsun no volvió a ser la misma, pero no de una mala forma.

La conexión que ambas tenían estaba más fuerte que antes. Sus almas se consolidaban con tan solo una mirada, y Sunnie solo podía reforzarlo más. No hacía falta contacto físico para ser una sola, o para saciar la necesidad de estar con alguien. Con el tiempo, Yongsun había comprendido de que su meta era poder estar con Byul el mayor tiempo posible y que esta disfrutara de su hija hasta que el destino viera que hacer con ellas; y sobre todo poder amarse mutuamente.

Porque sí, Yongsun seguía con el mismo plan de quedarse en esa casa.

Para ella no existía vida afuera de esas hectáreas.

No hace falta mencionar los deseos de Byul. Era una mujer que se hacía más débil al mencionarle la palabra familia, y no había solución a ello. Estaba siendo sometida a vivir una vida que por supuesto no había elegido pero que estaría dispuesta hasta la muerte en luchar por esa paz y sobre todo la de Sunnie.

Quería escapar, y era algo que no podía olvidar, pero se había propuesto a no mencionarlo ya que era un tema delicado para Yongsun, y desde que lo había dejado de comentar, o mejor dicho de insistir, las cosas marcharon bien.

Más que bien.

A Byul por fin le habían colocado su anterior horario y era una de las razones por la que había estado contenta todo el día de ayer y esta mañana. La principal razón era que estaba viendo a Sunnie hacer sus prácticas para gatear, y la otra eran esos ojos oscuros que estaban devorandola con la mirada desde el otro lado en los tendederos.

RIDING [Moonsun G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora