-11- (E)

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" Todo rey necesita una reina,este rey tiene una perra sin sentimientos. "

— Oficialmente enserio eres Nayla Morreti.— Linda pasa los papeles mientras que yo le doy un trago al vestido negro, era sencillo. No tenía ningún adorno, me llegaba hasta la mitad de los muslos y tenía unos tacones negros con un tacón grueso y alto.

Eso fue lo único que no pude canjear con Víctor.

Usar un vestido a mi gusto a cambio de comportarme como toda una dama, según el tenía el cuerpo de toda una mujer pero la personalidad de un camionero.

Sus palabras, no las mías.

— Aún no entiendo como es que firme esos papeles...— digo, ella chasquea su lengua.

— Es Maximiliano Morreti bebé, consigue lo que quiere cuando quiere y a quien quiere cuando quiere.— hago una mueca hasta que escucho el timbre,  dejó a Linda en la mesa mientras que Simone está tirada en el sillón durmiendo.

Resulta que en cuanto acentuaron donde vivo, vinieron a molestarme. Con la excusa de que sus compañeras hacen ruidos al dormir y que los hombres que entraron los otros días pueden hacerme algo.

— ¿Estas lista? Vamos tar— la voz de Víctor se corta en cuanto me mira de arriba a bajo. Sonríe arrogante, yo simplemente me despido de Linda pidiendo que cierre la puerta al salir.

Mía estaba en una cita, resulta ser que ahora era la chica famosa del colegio.

— Luces muy hermosa.— bajo un poco mi cabeza en forma de agradecimiento.  Subo hasta la camioneta tomando la carpeta que está sobre ella.

Junto mis cejas al ver el nombre de Max sobre ella.

— ¿Quieres hablar con Max?— el asiente, yo me burlo.

— Estaremos de forma de amigos, tu verás que el no me mate ni que sus guardias intenten algo.— hago una mueca.

Salvar a Víctor.

Salvar a Max.

Ahora si nadie puede salvarme.

El viaje al antro es silencioso, uno en donde tal vez Víctor calculaba mi lealtad. Y uno en donde yo pensaba los pro y los contra.

Si no salvo a Víctor seré una traidora.

Pero si mato a Max podre tener a Mía, también estoy casada con el así que tendré todas sus cosas.

Millonaria pero con el corazón roto.

— Ya llegamos, señor.— suspiro rendida,bajo del auto siendo atacada por varias miradas.

Víctor me toma de la cintura adentrándome al lugar en donde la música es tan alta que no se puede escuchar ni mis pensamientos. Subimos por unas escaleras entrando a una habitación un poco más callada, ahí veo a algunos hombres bebiendo y fumando. En el fondo veo a Max con un vaso y por lo que se de el, lo que toma es Whisky.

— Separa las piernas.— el guarida me hace separar las piernas mientras que mi mirada choca con la de Max que me saluda energéticamente.

Madame #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora