-12- (E)

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" Eres la razón por la que me emociono al despertar."

- Entonces... esta vivo?- Mía mira el cuerpo dormido de Max en mi cama, yo simplemente me acerco a el para moverlo. Me asustó cuando no se mueve pero luego puedo ver como se mueve acomodándose más.

Maldito, me tiro de la cama más veces de las que pude conseguir el sueño.

- Ve a la escuela... yo me encargo de el.- ella asiente lentamente, desaparece de mi vista y luego puedo escuchar el ruido del auto.

Yo simplemente lo arropó más y voy a la cocina, pongo un poco de música para sacar lo necesario.

Me costó ver vídeos de cocina pero al fin logré cocinar, era diferente cuando solo tenía a mi madre. Solo tenía que hacerle sopa y listo.

Una punzada me invade cuando recuerdo lo que pasó ayer con Max, ya se por que odiaba tanto a las Madame.

Su familia murió por ellas.

- Me duele la puta cabeza.- su voz me sobresalta pero me relajó, dejo de batir los huevos para voltear a verlo.

- Te pasa por tomarte toda una botella.- tomo una botella de agua junto con unas pastillas, se las entrego y el las toma.

Le doy una mirada de arriba a bajo viendo como sigue en ropa interior, hombre hecho para hacer pecar.

Dejo de mirarlo para terminar de hacer el desayuno, cuando lo terminó se lo entregó y el lo mira con los ojos entrecerrados.

- No soy la más experta, pero mi intención no es matar a mi esposo.- el mete un bocado a su boca, yo sonrió pasando por su lado. - Aún no es tu turno.- justo cuando digo eso se atraganta.

Suelto una risa para subir las escaleras, pongo mi ropa en la cama para tomar mi toalla y ir al baño. Me doy una ducha rápida en la que no puedo evitar ver mi tatuaje en la muñeca.

Ahora que iba a hacer?

- Por qué vistes siempre de negro?- pregunta, yo lo miro acostado en la cama.

Algo me dice que se deshizo de la comida.

- Por qué siempre vistes de traje?- preguntó, me coloco la ropa interior para ponerme el pantalón.

- Si sabes que te pondrán como traidora por estar conmigo y defenderme, no?- asiento, termino de colocarme la camisa manga larga para ponerme mi chaqueta. Tomo mis botas con tacón y me las pongo, cuando me pongo mi labial rojo el me mira con concentración.

- Soy intocable para ellos,esposo mío. Soy la protegida de Madame Lu, por ende no me pueden tocar y si yo te defiendo a ti. Nadie podrá tocarte.- por su rostro aparece una sonrisa.

- Cariño... soy El Rey de la Mafia, tu eres la protegida.- alzo una ceja ante su contestación.

Tomo la pistola para colocarla en mi espalda baja, peino un poco mi cabello y luego me pongo perfume.

- Tu ropa está lavada y planchada, tus llaves están en el mesón de las llaves. Una vez salgas, cierras con llave y metes la llave de nuevo.- digo, salgo del cuarto viendo como se levanta de la cama.

Bajó y tomó el casco junto con las llaves de la moto, cuando estoy lista me subo a la moto y la enciendo. Subo mi cabeza viendo a Max desde la ventana colocándose su camisa botón tras botón.

El me saluda energéticamente con la mano en cuanto nota que mi cabeza está en su dirección, arranco rápido ignorandolo.

Manejó hasta casa de Madame Lu,cuando llego estacionó enfrente de su casa quitando el casco. Camino viendo a Víctor pasar por mi lado con una sonrisa arrogante, maldito imbecil.

Entro a la casa encontrando a Madame Lu con sus galletas, justo cuando entro observo algunas fotos. Fotos que conocía muy bien.

Alberto Jones, Un mafioso que era leyenda. Murió en un accidente con su hijo Héctor quien estaba acompañado de su esposa. Así que Víctor también creció sin padres.

- Lamento lo que hizo Héctor. - juntó mis cejas, aún no me acostumbraba que invirtiera sus nombres.

- El no me hizo nada a mi, debe disculparse el mismo con Maximiliano.- digo, ella sonríe dejando las galletas en el horno.

- Tienes que amar a ese hombre lo suficiente como para retar a toda la mafia por el.- ella se limpia las manos y yo simplemente me mantengo derecha y con la mirada arriba.

- Me pregunto si el también sería capaz de retar a todos por salvarte.- dice, yo simplemente la miró dar vueltas.

- No se si algún día haga lo mismo por mi, pero se que estoy tranquila con lo que hago.- ella se detiene para darme una mirada.

- No puedes sacrificarte por alguien que no es capaz de sacrificarse. No puedes quedarte en un lugar en donde, no te dan la misma importancia.- me tenso.

- No conoce a Max, el me salva sin tener que hacerlo, no es el hombre perfecto. Sus modales son casi escasos y tiene la salud mental del mismo Joker. Pero, yo si se que el me da la misma importancia que yo a el.- ella sonríe tierna, una sonrisa demasiado calculada.

- Dices conocerlo, dices que hay amor... pero si hubiera todo eso, jamás se hubiera comprometido con esa chica, jamás te hubiera abandonado en un lugar lleno de mujeres que te querían matar, ese día... prefiero salvar a Alexandra que a ti. Dices que te da importancia pero el mismo te usa a su antojó, dices que le importas. Pero el te pidió que lo cubrieras aún sabiendo que podías ser asesinada por eso.- cada una de esas palabras son como dagas filosas a mi corazón.

- Cuál será mi castigo?- pregunto, ella suspira hondo.

- Las otras Madam's usan una barra de metal caliente para ponerte la marca de que eres una traidora. Pero todo depende de lo que voten en el lugar.- sabia eso.


Lo sabía por que no solo veía como algunas chicas eran marcadas.

Si no por que también... veía el inicio de la marca en la espalda de Madame Lu cada vez que se volteaba.

Ese es el precio por romper las reglas.

Ese es el precio por enamorarte de quien no debes.

Y cualquiera que sea mi castigo, lo aceptaré.

Por que no volvería a dejar a Max, no dejaría que le hicieran más daño del que ya le hicieron. No los dejaré, aún cuando eso significa que deba recibir los golpes por el.

Madame #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora