Madame #2

-Epilogo- (E)

" Era ahora o esperar a que alguien que amo muera."

Ser madre era algo difícil, más cuando tienes enemigos por todos lados.

Había escrito una carta hace semanas, una en donde le recordaba a Caeli lo mucho que Max y yo la amábamos. Una en que dejaba claro, que si no volvíamos. No era por que no la amábamos, era por que deseábamos terminar con esto.

De cualquier forma, estaría bien protegida. Max tenía socios en rusia, asia, Latinoamérica, en cada parte del maldito mundo y yo me encargué de que jamás nos olvidara.

— Estén listos, ya llegamos.— bajamos de la camioneta de una vez. De forma obligatoria Max tenía un chaleco el cual me valió mierda tener que ponerle de mala manera.

Yo había cambiado los tacones por unas tenis y el vestido por unos pantalones deportivos junto con un top de ejercicio. Si, lo único que encontré en el auto.

— Estas lista?— me paró al lado de Linda, ella carga la mochila de sus armas mientras guarda las balas en sus bolsillos.

— Vamos por esas perras.— dice.

— Estoy en posición, todas están adentro. Las salidas están cubiertas por los guardias, es ahora o nunca.— hago una seña y todos se acercan a la puerta.

Entramos rápido y en silencio, Max se divide en la primera sala y nosotras junto con otros guardias subimos las escaleras.

Un grito me alerta, puedo ver como una chica sale de su escondite y se lanza a mi, su pie se encarga de hacer volar mi pistola.

Clava su puño en mi estomago, yo me arrojó a ella de pecho para tirarla al suelo. Los guardias se encargan de otras  chicas mientras yo veo como Linda le da un golpe sólido a otra y luego le dispara.

— PERRA— grita la que estoy golpeando, yo simplemente tomo su cabello y la golpeó con fuerza contra el suelo. Este se empieza a llenar de un color carmesí, me levanto del suelo tocando mi mejilla cortada.

Seguimos caminando encontrando más Madame, matamos y golpeamos cada una de ellas mientras que en el primer piso se escucha un terrible tiroteo.

— Nayla, abajo — una vez escucho eso me bajo, puedo escuchar el ruido de una bala romper la ventana. Una vez me levanto veo a alguien escondida entre unas cosas caídas.

Bajo hasta el primer piso encontrando varios cuerpos, en cuanto encuentro a Max voy por el.

— Herido?— asiente, miro su hombro manchado de sangre. El alza su pistola al lado de mi y dispara, me volteo encontrando otro cuerpo.

Toco mi oído adolorida, en cuanto logró enfocarme noto que falta alguien.

— Falta.— subo mi mirada encontrando a la líder, ella me apunta con su arma con una sonrisa mientras que yo alzo mis manos.

— No tengo vista, se esta tapando con un mu.— la línea se corta.

— Tu amiga ya no te puede ayudar, fue de mala idea dejar libres a las otras Madam's. Les diste libertad y ellas te abandonaron y se fueron a hacer su vida.— me saco el audífono mientras me levanto, Max se queda escondido en su lugar y yo evitó mirarlo.