«OO2»

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«Sospecha»

Desde que llegué esos tres no han dejado de mirarme, he incluso uno de ellos me ha estado siguiendo disimuladamente a cualquier lugar que iba.

Debo admitir que no me importó mucho; ya que mi atención se vio principalmente centrada en los niños. Me tomaron de la mano y se ofrecieron con mucho gusto a enseñarme la casa y sus alrededores, así como a los otros niños y cómo era su vida diaria en el orfanato. Les parecía divertido mi gran fascinación hacia los pequeños detalles.

Los había examinado, y como esperaba, cada uno de ellos estaba muy sano. Oh, también, todos tenían nombres raros, o era que yo no había escuchado gran variedad de nombres en mi vida.

Ahora mismo, un poco más familiarizado con el nuevo ambiente, había hallado la biblioteca de la casa. Era un lugar asombroso; grande y espacioso, lo suficiente como para pasear entre sus numerosas estanterías llenas de libros.

—Ah... qué mal que no sé leer.

Fue una sorpresa enterarme de que todos aquí podían leer, puesto a que yo nunca había aprendido. No tenía a alguien que me enseñara. Pero nunca lo necesité.

Volteé con curiosidad al escuchar un par de pisadas y me encontré con lo que parecía ser un mechón rojizo que sobresalía de entre los estantes. De allí, una pelirroja se asomó sonriente.

La recibí de la misma forma.

—¡Hola! —saludó, extendiendo la mano hacia mí con entusiasmo. —Me llamo Emma, no hemos tenido oportunidad de presentarnos.

—Un gusto Emma, tú ya sabes mi nombre.

—¿_________, no? Has sido trasladado. Sabes, nunca han hecho eso. ¡Es un poco extraño!

—¿Lo es? —repetí con un poco de sorpresa. — ¿Por eso me han estado vigilando?

Emma cambió su expresión por un instante, pero se esforzó en no flaquear su sonrisa.

—Lo sentimos. Solo teníamos curiosidad.

—Su curiosidad se asemeja a la sospecha, heh.

No supo que más decir. Por unos segundos sólo se quedó en silencio, en lo que pareció analizarme.

—¿Puedo preguntar porqué fuiste transferido a este orfanato?

—Porque así lo quise. —y al parecer solo la confundí, por lo que solté un suspiro—. Quiero ayudarlos a escapar de este lugar.

Ahora si, la sorpresa de Emma quedó marcada en sus ojos, bien abiertos. Y entonces, balbuceó:

—¿Ayudarnos a... escapar?

—Sipe.

—¿A qué te refieres con escapar, precisamente?

—Mmh... ¿Huir, y no dejarlos morir siendo comida de demonios? ¿Qué tal eso?

Y eso bastó para convencerla.

—¡Así que sí lo sabías! ¡Estás de nuestro lado! —exclamó extasiada, tomándome de los hombros de pronto. Se puso a agitarme, eufórica, mientras decía una cosa tras otra. —¡No sabes por lo que pasamos! ¡Serás de gran ayuda! ¡Gracias!

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora