«O1O»

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«Besos»

Emma nos mostró el mensaje del que hablaba, que resultaron ser diversas palabras en un código que no conocía. Pero al parecer eran "Corran", "duda", "peligro", "cosecha", "monstruo" y "granja".

—William Minerva... este hombre está afuera y sabe sobre esta granja. Y, aunque sea indirectamente, intenta ayudarnos —aludió Norman. Los tres se vieron bastante esperanzados ante la posibilidad, cosa que me parecía demasiado precipitada.

—Tal vez esté muerto.

—Ya se me hacía raro que no hayas dicho algo extraño —soltó Ray.

—No es extraño —bufé— la fecha del libro es 20 y... 15. Y estamos en 20 y 45, por lo que veo en ese calendario de allá.

—¿Hablas del año? —Norman preguntó, a lo que asentí—. Entonces, ¿sugieres que de verdad está muerto?

—No sería raro.

—Puede que tengas razón, aún así nos da esperanzas —respondió Emma decidida. —Pero miren. El libro no fue hecho en el 2015, pero pusieron estas etiquetas luego de ese año.

Emma señaló la primera página.

—Ya veo, ¿descubrieron algo más?

—No mucho... —Dijo Ray.

—Oh, ¿qué hay de esa cosa? ¿Cuál era? Eh... —Emma hurgó sobre la mesa y tomó dos libros—. No entendí la clave morse de estos dos.

Norman tomó uno de los libros mientras Ray hablaba de cosas que vamos a ignorar.

—No hay ningún mensaje en este. —analizó observando la etiqueta—. Y el otro es... "promesa"

—¿Qué significa?

—¿Promesa? —repetí, reconociendo cierta familiaridad en esas palabras. Sentía la importancia al pronunciarla. Casi al instante, fui objetivo de sus miradas.

—¿Sabes a qué se refiere? —inquirió Emma. Mis labios temblaron ligeramente. ¿Era mi oportunidad de brindar información útil?

—No... no precisamente —parecieron decepcionarse, a lo que me apresuré a añadir—: p-pero escuché a Sonju hablar de una promesa que los demonios hicieron con los humanos.

Fruncí el ceño con impotencia. Ahora me arrepentía de no haber escuchado mejor.

—¿Una promesa con los demonios..?

—Sí, no sé muy bien a qué se refería —repuse—, pero creo que esos dos libros son especiales.

—Así es. Tengo la sensación de que se convertirá en una guía importante para nosotros.

—Vale la pena investigar. Minerva y el misterio de sus libros.





...






Cuando volvíamos al comedor, vimos como todos preparaban la mesa para la cena. Pero no vi a esos dos por ningún lado.

—Oigan, ¿dónde están Don y Gilda? —fui el primero en destacar su ausencia, dando un vistazo rápido a todos las direcciones. A mi lado, los tres no tardaron en alarmarse y se dividieron para buscarlos. Yo miré por debajo de las mesas.

—Uh, aquí no están.

—¡Tampoco están aquí! —Norman contestó desde la cocina, ofuscado.

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora