«O11»

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«Luz»

Plic.

Plac.

¿Cuanto tiempo había pasado?

Plic.

Plac.

«Si vienes conmigo, volverás a verlo». Eso me había prometido.

Plic.

Plac.

Las gotas de sangre se resbalan de mis brazos hasta llegar al suelo. Aquél sonido...

Plic-plac.

Siento un dolor que se aferra firmemente a mis muñecas. Al moverme, oigo el choque metálico. Suele doler. Suele doler mucho. Muchísimo. Pero el dolor usual solo se vuelve... cotidiano. No deja de doler, sólo se hace más tolerable.

¿Porqué volver a verte debe implicar hacerme sufrir tanto?

Mis ojos solo alcanzan a ver un mar profundo de oscuridad que me hace permanecer alerta.

A veces quisiera ver el sol de nuevo.

Eso es.

Luz. Era lo único que anhelaba, un resplandor que fuese capaz de despertarme de esta pesadilla eterna. La luz que le diera color a un mundo teñido con miedo, el calor de los rayos del sol en mis manos... solo me gustaría poder tomarla con mis manos y nunca soltarla.

A lo largo del pasillo, que se oculta detrás de esa puerta de metal frío, comienzo a distinguir unos pasos aproximándose a mi puerta.

Fuertes. Firmes. Los reconozco. Se acercan. Mi corazón comienza a acelerarse y el pánico no tarda en apresurar mi respiración. Aterrorizado.

No...

No.

No, no, no, no.

No me... no me... no me...









—No me dejes solo....


Me desperté de golpe. Mi respiración desenfrenada era lo único que intervenía entre el silencio, acompañado de unos gimoteos y sollozos que traté de ahogar. Al analizar mi entorno me alivié al saber que seguía en los dormitorios. 

Un par de lágrimas escurrían sobre mis mejillas.

¿Estaba llorando?

No me dejes solo...

Casi podía seguir el hilo de esa voz suplicante. ¿Era yo?

No fue una pesadilla.

Un recuerdo.

Lo médité un poco, y con las manos temblorosas me subí las mangas para confirmarlo. Efectivamente, habían marcas en mis muñecas. Ya no eran tan visibles, deduje que el tiempo se había encargado de ello, pero aún alcanzaba a atisbar la vaga línea morada que se trazaba sobre la piel. El vendaje ocultaba levemente las de mi izquierda.

Con mi regeneración no deberían quedar marcas como esas, tal vez fue antes de convertirme en un "niño con habilidades especiales".

No sé cómo no me había percatado de eso antes.

—¿_________... ? ¿Despierto otra vez?

Escuché la adormilada voz de Norman murmurar desde su cama.

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora