«O22»

3.9K 642 276
                                    

«Comida»

Y fue ahí, cuando de la nada, un demonio salvaje apareció detrás de nosotros, destrozando todos los árboles que estuvieran en su camino.

Todos empezaron a correr, aterrados.

El descomunal tamaño del monstruo helaba la sangre de los pequeños, por lo que me aseguré de que no se quedaran atrás.

-¡¿Que es esa cosa?! ¡¿Estaba en el libro también?! -Cuestionó Gilda volteando a ver a la criatura que nos perseguía.

-¡No, no hay nada! ¡Esto debe ser... Un demonio!

-Pero... ¡Los monstruos que Norman y yo vimos se veían más humanos! -Dijo Emma. -Caminaban, ¡Incluso hablaban!

-¡Sí es un demonio, uno salvaje! -Afirmé. -Estos son diferentes a los de granja.

-¡¿Qué?! -Exclamó Don. -¡¿Hay más de una especie de demonio?!

-Creo que nos mencionaste eso en algún momento... -Habló Emma.

-Así es, este se asemeja más a un animal, no es inteligente, por lo que sería sencillo matarlo. Pero no veo nada que pueda usar...

-¿Cómo alguien con tu tamaño lograría matar a un monstruo como ese? -Cuestionó Ray.

Ah, ¿Se cree muy chistosito?

-¡¿Qué dijiste?!

En un momento el demonio tuvo la oportunidad de tomar a Emma con su lengua, pero afortunadamente Ray logró empujarla antes de eso.

-Emm... ¿Entonces no es un demonio que vino de la granja para atraparnos? -Preguntó Mark

-¡No! ¡No es de la granja, nos quiere comer a todos ahora mismo! -Gritó Nat.

-¡Exacto, no son ellos aún!

-¡E-eso significa que si nos atrapa... ¿Seremos comidos?! -Preguntó Thoma aterrado.

-Así e-..

-No, ¡No somos comida!

Sí lo somos.

Don hizo una señal para que nos separásemos, que fue entendida rápidamente por todos.

El pretendía atraer al demonio hacia nosotros para que Gilda obtuviera un poco de distancia para los niños más lentos, por lo que solté las manos de Ivet y Jemima para que fueran con ella.

-¡Todos, corran! No miren atrás, ¡Sólo corran!

-¡Don, vayamos por los caminos más estrechos! -Sugerí al estar a su lado. El asintió.

Nos desviamos hacia los espacios más angostos del bosque, el demonio comenzaba a bajar la velocidad al chocar contra los numerosos árboles del lugar y gracias a eso parecíamos alejarnos más de él.

-¡Genial! Todos, ¡Sigan atrayendólo hacia estos caminos estrechos!

Luego de unos minutos, los otros ya no se veían tan asustados y parecían más confiados.

-Ray, _______ -Llamó Emma. -, todos lo están haciendo muy bien, ¡Encarguémonos del demonio!

-¿Cómo, exactamente...?

-Bien, podemos pensar en un plan en el camino...

-¡Podrían usarme como carnada! -Exclamé con una sonrisa. Claro que mi idea fue negada al instante.

Ray se detuvo, y con él Emma y yo.

-Creo que hay una oportunidad aquí... Tengo una idea.

-¡Oh, te refieres a...!

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora