«O13»

7.5K 986 726
                                    

«Dejarte»

Me asomé por la puerta de la cocina con curiosidad y vi a Norman lavar los platos, dándome la espalda. Lo vi como mi oportunidad perfecta y me fui acercando sigilosamente.

—Oye, Norman... —inicié. Él respondió distraídamente.

—¿Sí?

—¿Te molestaría perder un mechón de cabello?

—Mmm... no sé, heh. ¿Porqué?

—Oh, no sé... porque tal vez...

—_________, ¿que haces con unas tijeras?

Di un respingo del susto cuando Emma se presentó a la cocina sin darme cuenta. Norman no tardó en voltear y rápidamente me alejé de él con una sonrisa.

—Ah, no es nada, solo ibaaa... nada, no es nada... —me reí ocultando las tijeras detrás mío disimuladamente. 

—Ah... sí, bueno, debemos ir a investigar los alrededores.

...


—¡Yo llegaré primero! —exclamé entre risas sin dejar de correr, lanzando una breve mirada desafiante a Emma y Norman, quiénes me seguían extenuados unos metros atrás desde hace unos minutos.

—¡No estamos jugando! —reprocharon ambos.

—¡Eso lo dicen porque van a perder!

Una vez avisté la reja que limitaba al bosque, salté sobre ella seguido de mis dos amigos, y unos metros más adelante nos detuvimos frente a la gran muralla. No me había percatado de lo alta y prominente que era... con razón no habían logrado escapar antes, se lo ponían difícil.

El plan se puso en marcha y Emma trepó al árbol más próximo a la pared junto a la bolsa que contenía las cuerdas.

—Huf... huff... ¿cómo es que... eres tan... rápido? —agotado, Norman se apoyó sobre su rodillas, tratando de regular su respiración desenfrenada. —Oh, Dios...

Me posicioné a su lado y brindé apoyo moral con unas palmaditas sobre su espalda, sonriente.

—Tengo experiencia. ¡Tú eres muy lento! Los monstruos de afuera podrían aplastarte si sigues así, Norman.

Aún tratando de recuperar el aliento, Norman dejó escapar algunas risas.

—Pero... ¿tú me salvarías, no? —torció una pequeña sonrisa, que correspondí con un leve golpecito en su hombro. Al parecer no resultó tan leve como pretendía pues él soltó un quejido ahogado.

—¡Antes muerto que dejarte!

Desde el árbol, Emma nos avisó que todo estaba listo. Las circunstancias apuntaban a que todo saldría de acuerdo a lo planeado, ¡sí! Pero el drama es necesario, y más pronto que tarde aquella brújula del éxito se vio descarrilada cuando mis sentidos se pusieron alerta al percibir algo.

—¿_________?

Alcancé a oír unas pisadas; lentas y decisivas, pero que avanzaban indudablemente hacia nosotros desde más allá de la reja.

—¿Qué sucede? —se apresuró a preguntar Emma, bajando de un salto.  Fruncí el ceño al reconocer las pisadas cada vez más cerca.

—Alguien viene —advertí. Norman y Emma no tardaron en reaccionar. Ella arrojó la bolsa entre unos arbustos y pocos segundos después, acompañada de las pisadas que se hacían más y más audibles, la silueta de alguien familiar comenzó a trazarse entre la sombra de los árboles.

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora