«OO6»

9.9K 1.2K 1K
                                    

«Sentimientos»

—Ya veo, era entrenamiento para huir... —Don murmuró, observando a lo lejos cómo los niños eran entrenados por Emma. Los más pequeños, ciertamente eran más torpes que los demás.

Nosotros tres nos encontrábamos en el bosque. O al menos, en el conjunto de frondosos árboles que simulaban uno. Por cierto, había notado que estos árboles eran muy pequeños y delgados. Nada parecidos a los de allá afuera.

Bueno, de todas formas, yo me dedicaba a hacer garabatos en el suelo mientras Gilda y Don espiaban a los demás.

—_________, ¿tú ya sabías de esto? —Gilda preguntó.

—Eh... sí. Pero no se sientan mal por que ellos no se lo hayan contado antes —formulé una sonrisa—. Más bien... siéntanse con suerte.

Arrojé el palo con el que estaba dibujando para incorporarme.

—Siempre le ves el lado opuesto a todo... —masculló Don divertido. A su lado Gilda sonrió.

—Creo que más bien, _________ es positivo.

—Bueno, no lo sé... creo que afrontar todo con positivismo es tonto. Sólo soy realista.

—¿Porque de repente suenas inteligente? —ese fue Don.

—... —lo observé fijamente en silencio—. Oye, Gilda, vi por aquí un arroyo... ¿podemos ir?

—O-Oye, no me ignores...

—Claro que podemos.

—¡No me ignoren!


...


Avistamos al pequeño arroyo que había visto el otro día, el que tenía un tronco en el medio que improvisaba un puente. Movido por mi emoción me aproximé rápidamente hacia la orilla.

—¡Wow, agua! —declaré entusiasmado, viéndome reflejado en la superficie. Pasaron dos segundos antes de que apartara la vista con incomodidad.

—No sé porqué te sorprendes tanto...

Detrás de mí oí los pasos de mis dos amigos.

—¡Bueno, es agua! El agua de este arroyo fluye continuamente. Y este es un lugar cerrado; no hay una cascada que provea el agua, así que quizá venga del exterior... —teoricé— ó quizá sólo sea artificial... no hay muchos arroyos ni ríos allá afuera, de todas formas.

Volteé brevemente a verlos y me encontré con sus rostros sorprendidos. ¿Tanto les asombraba que no hubiesen arroyos afuera?

—Ya lo verán ustedes mismos...

—E-Espera, ¿dices que estuviste en el exterior? —la de gafas preguntó perpleja.

—Ah... ¿dije eso?

—¡Sí! ¡Lo dijiste! —Don se unió—. ¡¿Estuviste en el exterior?! ¿Cómo?

Se veían tan entusiasmados que ya veía venir otro interrogatorio, por lo que me adelanté a relatar brevemente la misma historia que les había contado a los otros. El cómo había acabado aquí e incluso exponiendo abiertamente mi relación con Sonju y Musica.

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora