«O33»

1.5K 290 274
                                    

«Culpa»

Narra _________

Dudé si la persona frente a mi era real o no. Se veía bastante real en mi opinión. Era un humano adulto...

Este, «señor adulto real» tenía conductas curiosas. Lo supe por las miradas que los demás le dirigieron tan pronto comenzó a devorar las galletas sin molestarse en cerrar la boca. Y además tomaba té imaginario y vestía raro. ¿Será este vagabundo William Minerva? ¡Es exactamente como lo imaginaba!

—¿Tú eres Minerva? —Emma fue la primera que decidió hablarle. El hombre la miró con desinterés.

—Nop. Una lástima para ustedes, niños. Yo no soy William Minerva.

—Entonces llámalo, por favor. Hemos venido hasta aquí sólo para conocerlo.

—El no está aquí —repuso mientras masticaba las galletas—. Qué pena, ¿huh? No hay ningún Minerva por aquí en absoluto.

La decepción en sus rostros no tardaron hacerse presente. Casi hubo otro berrinche.

—Claramente tu conoces a Minerva también, necesitamos más información —Ray insistió—. ¿Dónde está el ahora mismo?

—¡Ni idea, hombre!

¡La actitud de esta persona era divertida! Él inclinó su silla y rió a carcajadas, llevándose más galletas a la boca. Tenía ese cabello gracioso, como de lunático.

—Si no eres Minerva, ¿quién eres, entonces? 

Mi voz atrajo nuevamente su atención hacia nosotros. Y justo en ese instante, cuando su apática mirada topó conmigo, cambió a una más extraña. Tal vez fue sólo impresión mía. Me miró de una forma... no sé, como si me reconociera. Obvio yo no a él. De todas formas, desvío la vista tan rápido como me vio.

—¿Quién soy yo...? ¡Yo soy su superior!

De su desgastado chaleco sacó y nos mostró una pluma, tomándonos por sorpresa al ver que era exactamente igual a la nuestra.

—¿Superior?

—Sip. Bueno, no de la casa de campo de todos modos —se puso de pie sobre la mesa y comenzó a andar sobre ella como si nada. Ahí pude confirmar lo alto y delgado que el tipo era. Descubrió su abdomen y nos mostró un número de identificación que tenía marcado—Yo vengo de una granja llamada "Glory Bell". Me escapé hace doce años¹... con mis colegas. Y gracias a este bolígrafo.

—¡Igual que nosotros...!

—Así es. Soy lo mismo que ustedes. Terminé aquí cuando buscamos a Minerva. Como sea... —el hombre volvió a guardar la pluma y se sentó, cruzando las piernas mientras expulsaba un suspiro de decepción—. Cuando finalmente llegué al lugar, Minerva no estaba por aquí. Esperé por el muchísimo tiempo así que terminé viviendo aquí, sin ningún rastro de él. No lo puedo negar, es un maldito mentiroso.

—¡¿Lo ven?!

—Huh... qué extraño...

—Aunque... tengo que decir que estoy agradecido por este refugio, ¿saben? Hay un almacén de agua y comida, electricidad activada... y es muy amplio también... y hay mucho material sobre el mundo, información valiosa... todo lo necesario para vivir. Así que, ¡hurrah por el gran Minerva!

Los niños se mostraban muy entusiasmados por lo que el hombre misterioso decía. Pero había algo que no cuadraba. No sé. En su forma de hablar, en su supuesta amabilidad. Algo en su comportamiento no me convencía. Ya saben; tenía peinado de lunático.

𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼      the promised neverland & male reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora