Capitulo 28:Enemigos y Consuegros

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Capítulo 28

Hiashi ignoro la presencia de Minato y se enfocó en Kushina.

Él estaba boquiabierto al verla allí, si bien había visto a Minato siempre por estar en el mismo gremio de médicos, a Kushina no le había visto en quizás unos 20 años cuando aún era su "novia".

Al ver a Kushina los recuerdos de Hiashi, se aglomeraron en su cabeza, pero eran tan dolorosos para él que sentía que cada una de esas imágenes del pasado era una pedrada que le caía en la cabeza.

Su mente voló en el tiempo durante los segundos en que observaba a esa mujer que marco su vida.

Hiashi se vio a si mismo cuando era un hombre sonriente.

Esa sonrisa que se hacía permanente al observar a la hermosa indígena pelirroja que usaba una Túnica blanca y collares de varios colares, esa chiquilla inocente que rescato del techo de paja de una casa a punto de desplomarse y de la que no podía escapar por si sola al no poder caminar

Ella no sabía hablar el mismo idioma que Hiashi y ni si quiera pudo explicarle porque no caminaba, o donde estaba su familia y porque estaba sola en esa casa donde la encontró, pero a su modo se entendieron mientras él la acomodaba en una silla de ruedas que le regalo para que pudiera desplazarse sola.

Ella le traía cosas para comer al hospital de campaña, como agradecimiento por salvarla, y luego comenzó a ayudarle con cosas básicas en el hospital trayendo o llevándole cosas que él necesitaba y así ella se fue quedando en su retina y comenzaba a pensar en ella sin poderlo evitar.

Aun recordaba como el largo cabello de esa mujer llegaba a los tobillos en esa época y que cuando el viento alborotaba los mechones de su cabello rojizo él la observaba como un tonto mientras intentaba explicarle algo que ella le había preguntado sobre como volaban las aves que él llamaba "Avión".

A Hiashi le inspiro ternura desde que la conoció, aunque trataba de disimularlo.

Él se lamentaba que una mujer tan bella no pudiera caminar y por ello se propuso llevarla a él mejor ortopedista que conocía y que era su amigo Minato y ella acepto feliz al saber que iba a poder caminar.

Al llegar a la ciudad lleno de regalos a Kushina, compro para ella vestidos, flores, joyas, la educo e incluso escribió poseía para ella porque a ella le gustaba oír palabras bonitas y él le obsequio un libro de poemas, que era irónicamente él libro de donde Naruto se inspiraba para escribir las cartas de amor para Hinata 17 años después, de que Hiashi se lo obsequiara a Kushina.

Hiashi puso el mundo a sus pies, aunque muy en el fondo intuía que ella no le correspondía del todo o no de la manera que él quería.

Él día que Hiashi llevo a Kushina al consultorio de Minato, antes de entrar ella estaba un poco asustada y se había agarrado del brazo de él buscando su protección.

Hiashi estaba emocionado y sonriente viendo que ella lo tomaba como su protector y por tanto asumió que ya lo estaba queriendo como hombre.

Sin embargo, en el momento en que cruzaron la puerta de aquel consultorio y Minato apareció con su bata blanca de doctor sentado sobre el escritorio y con los brazos cruzados mientras les sonreía para saludarlos.

Hiashi noto como ella se había quedado boquiabierta al ver a su amigo Minato y se negó a darle importancia al hecho de que Kushina justamente en ese momento se soltara de su brazo y se colocara las manos sobre el pecho emocionada al ver que Minato le sonrió.

Se negó a ver el sonrojo de su amigo al ver a aquella hermosa mujer frente a él.

Ese día había tenido un mal presentimiento, pero confiaba en lo que Minato siempre le decía que él nunca se enamoraría a primera vista de nadie.

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