Mientras esperaban en el aeropuerto, una sensación de vacío se hacía presente en el interior de Byron. No quería irse ya de Corea, pero sabía que necesitaban volver.
Volteó la mirada hacia su derecha y sonrió, al menos esta vez no se iban ellos dos solos.
- ¿Estás seguro de que no os molesta cuidar de Briar, Byron? - La mirada algo preocupada de Bryce no se separaba ni un momento de su hija.
- Ya te lo he dicho, Bryce. Acabas de casarte, disfruta tu luna de miel; y no te preocupes por Briar, ¿acaso no ves lo contento que está Aiden con la idea de cuidar 2 semanas de ella? - El albino se encogió levemente.
- Lo sé, pero... - Suspiró desviando la mirada - Briar a veces es un poco cabezota, cuando le da una rabieta no para hasta conseguir lo que quiere...puede llegar a ser un tanto insoportable.
- Supongo que es lo que ha sacado de su otro padre - Ambos rieron aprovechando la ausencia de Claude - No te preocupes, en serio, todo irá bien. Tu solo ve y disfruta con el tulipán, nosotros nos encargamos del resto.
Después de hablar durante unos minutos, los tres se despidieron de Claude y Bryce antes de subir al avión. Aiden no pudo evitar reírse al ver la expresión de sorpresa de Briar, al parecer jamás había subido a un avión desde que la llevaron a Corea, cuando apenas tenía dos años.
- Aiden, despierta, ya hemos llegado - El pelinaranja abrió los ojos levemente al escuchar la voz dulce de Byron. Miró a través de la ventana, realmente habían llegado.
Soltó su cinturón e hizo lo mismo con Briar antes de cogerla en brazos, la niña se aferró a su cuello todavía dormida. Sonrió enternecido y en cuanto Byron recogió las maletas pusieron rumbo a casa, por suerte no vivían muy lejos.
Cuando llegaron, ambos suspiraron sonriendo; les gustaba visitar Corea, pero no habían podido evitar echar de menos su casa y al peliazul que en ese momento se encontraba dormido en el sofá.
Cuando lo vio, Byron no pudo evitar acercarse y cubrirle con una manta, pero justo en ese momento él se despertó observando al rubio, una gran sonrisa se dibujó en su rostro.
- Bienvenidos - Laurel se sentó estirándose antes de poner un pequeño puchero - Intenté quedarme despierto para esperaros, pero no pude...
- No pasa nada Bay, puedes seguir durmiendo si tienes sueño - El peliazul negó sonriendo.
- No es necesario, ya he dormido bastante... ¿Quién es ella? - Byron desvió la mirada observando los brillantes ojos ámbar de Briar, la niña no apartaba su mirada de Laurel.
- Es la hija de Bryce y Claude, se llama Briar - La menor se acercó al sofá y miró a Byron y Laurel de forma alternativa.
- ¿Ellos son tus papás? - Aquella pregunta hizo que Laurel se sonrojase levemente antes de desviar la mirada con cierta tristeza.
- Yo... - Laurel intentó contestar, pero Byron le interrumpió.
- Si Briar, nosotros somos sus padres - La mirada azul del menor se fijó sobre él - Aiden, ¿por qué no le enseñas a Briar cuál es su habitación?
Aiden asintió y sostuvo la mano de la niña antes de empezar a caminar y desaparecer tras la puerta de una de las habitaciones.
- ¿Por qué le has dicho eso? - Byron acarició su cabeza antes de sonreír con cierta pena.
- Tu padre me lo pidió - Laurel le miró algo confuso - Antes de que...bueno, ya sabes - Los ojos del menor se humedecieron mientras asentía - Él me pidió que yo ejerciese de padre para ti, no quería por nada del mundo que tu madre cuidase de ti... ni siquiera es ella quien tiene tu custodia, soy yo, así que técnicamente es como si fuese tu progenitor.
- Byron... - El rubio sonrió levemente abrazándolo con fuerza.
Era consciente de que la repentina muerte de su padre había sido un golpe muy duro para Laurel. La única familia que le quedaba era su madre, pero aunque no se lo había dicho, Byron sabía que ella ya no estaba ni siquiera en Japón, ahora vivía en Estados Unidos con una nueva vida, y lo que menos quería era saber algo sobre su ex-marido o su hijo.
- Deberías salir a dar una vuelta con Njord y los demás, estar tanto tiempo aquí dentro terminará por afectarte - El peliazul asintió limpiando sus mejillas con la manga de su sudadera antes de ir a cambiarse de ropa, justo entonces Aiden salió junto a Briar.
- ¿Qué tal está? - Byron solo suspiró ante la pregunta de Aiden y él asintió en silencio, no necesitaba más para entender la situación.
- ¿Podemos ir al parque? - La voz de Briar hizo que ambos se centrasen en ella sonriendo.
- Pues claro, vamos - La niña sostuvo la mano de Aiden dando pequeños saltitos de alegría, el pelinaranja sentía cómo se le derretía el corazón.
Cuando ambos salieron del edificio, Aiden no pudo evitar mirar hacia todos los lugares. Sabía que no era probable, pero la idea de volver a encontrarse con Ray Dark le atormentaba, no quería que nada le pasase a Byron o ahora a Briar.
En cuanto llegaron pudo ver cómo Briar salía corriendo hacia los columpios y hablaba con los otros niños, se la veía muy feliz. Por su parte se sentó en uno de los bancos y suspiró cansado sin quitarle el ojo de encima a la niña, la idea de que le pasase algo le erizaba la piel.
- Vaya, hacía mucho tiempo que no te veía, Aiden - Aquella voz logró captar su atención.
Se volteó en el banco y su mirada se clavó en aquel chico totalmente vestido de blanco que le miraba con la misma sonrisa de hace 10 años.
- Kevin... - El pelirrosa se sentó a su lado - Me alegro de verte.
- ...Aiden... - El pelinaranja le miró - Tenemos que hablar.
(Solo quedan 3 capítulos, voy a llorar, ¿quien se viene? <\3 )
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AMANECER ;; Inazuma Eleven ✓
FanfictionTodas las mañanas se despertaba al amanecer sintiendo la soledad y el frío que reinaban ahora en su cuarto. Sus pensamientos giraban en torno a aquel día tan horrible, ¿por qué habían cambiado tanto las cosas?