Cuando abrió los ojos, un resplandor blanco le hizo volver a cerrarlos durante unos segundos hasta que se acostumbró a la luz.
- ¿Dónde...estoy? - Se sentó con cuidado, le dolía todo el cuerpo.
- Aiden... - En cuanto volteó la cabeza pudo ver a Shawn, el peligris no dudó en acercarse.
La mirada del menor recorrió el aspecto de su hermano. Se veía cansado y las ojeras bajo sus ojos lo reafirmaban, estaba algo más pálido y se notaba a cientos de kilómetros que estaba preocupado.
- ¿Te encuentras bien? - Cuando el pelinaranja asintió, Shawn no pudo reprimir un fuerte suspiro - Menos mal...
- No puedo recordar nada, ¿qué es lo que ha pasado? - El mayor se sentó a su lado.
Cuando Shawn terminó de explicarle todo, la sorpresa del pelinaranja era enorme. No recordaba nada, pero saber que había hecho esa estupidez le había hecho sentirse un inútil, como si solo fuese una marioneta.
- Deberías descansar... Pronto te irás del hospital - Aiden pudo notar la mirada baja de Shawn, pasaba algo.
- ¿Estás bien? - El peligris asintió con una leve sonrisa antes de despedirse de él y marcharse.
Cuando volvió a abrir los ojos, su mirada recorrió con cuidado todo a su alrededor, ya no estaba en el hospital. Se sentía confuso hasta que sus ojos se abrieron de par en par, reconocía aquel lugar.
- No puede ser... - Intentó levantarse, pero le dolían demasiado las piernas como para hacerlo - Maldita sea, ¿cómo he llegado hasta aquí?
Se dejó caer sobre la cama y miró por la ventana los primeros rayos anaranjados del día, su cabeza dio vueltas ante la repentina luz.
''Esto no puede estar pasando''. Su mirada recorrió en silencio las paredes azuladas de aquella habitación antes de detenerse en la cama donde estaba recostado. Cerró los ojos y se cubrió con las sábanas hasta la nariz cerrando los ojos.
''Todo sigue igual que antes...'' Podía sentir una pequeña presión en su pecho al recordar todos los momentos que había vivido en esa habitación, tanto los buenos como los malos.
De pronto, la puerta se abrió dejando paso a una persona a la cual Aiden ni siquiera se dignó en mirar.
- Sé que estás despierto - Se volteó levemente observando aquellos ojos rojizos que le miraban con algo de preocupación.
- ¿Se puede saber por qué estoy en tu casa, Byron? - El rubio se sentó a su lado, por su parte Aiden se movió hasta el borde opuesto de la cama buscando alejarse lo máximo de él.
- El médico ha dicho que no podrás levantarte de la cama durante un tiempo, así que alguien tiene que cuidar de ti - El ojiverde cerró sus puños con fuerza.
- Para eso ya está Shawn - Byron suspiró desviando la mirada.
- Shawn ha vuelto a Hokkaido - Aquellas palabras dejaron en shock a Aiden - No ha querido decirme por qué, pero se ha ido...
Su mundo pareció derrumbarse de repente. ¿Por qué Shawn se había ido justo en ese momento conociendo su estado ? Trató fuertemente de retener sus ganas de llorar, pero el nudo en su garganta no parecía ser de ayuda.
- Maldita sea...¿cuándo vas a desaparecer de mi vida, Byron? ¿Por qué sigues persiguiéndome si lo nuestro ya no tiene sentido? ¿Qué es lo que quieres de mí? - Su voz comenzó a quebrarse en la última pregunta, así que simplemente cerró la boca y retuvo en su cabeza todas las preguntas que quería hacerle.
Byron no respondió, simplemente salió de la habitación y se recargó contra la puerta sentándose en el suelo. Podía escuchar los sollozos de Aiden, y saber que él era el principal causante de ello le hacía sentirse la peor persona del mundo.
Abrazó sus rodillas y siguió allí en silencio escuchando a Aiden. El pelinaranja simplemente lloraba, pero no eran necesarias las palabras para que Byron se diese cuenta de algo: Aiden estaba completamente roto.
De pronto, un fuerte estruendo le hizo levantarse y entrar de nuevo a la habitación. No tardó en ver a Aiden en el suelo tratando de levantarse, al parecer se había caído. Trató de acercarse y ayudarle, pero el pelinaranja no se lo permitió y simplemente apartó su mano con la suya.
- No me toques... - La voz totalmente desgarrada de Aiden dejó perplejo a Byron durante unos segundos.
Cuando consiguió reaccionar no dudó en recoger entre sus brazos al pelinaranja y dejarlo de nuevo sobre la cama. En el momento en que intentó separarse no pudo evitar sorprenderse al ver que Aiden seguía aferrado a su cuello llorando.
- Maldita sea... ¿Por qué todo es tan difícil? ¿Por qué no puedo simplemente olvidarte y empezar de cero? ¿Por qué sigo pidiendo que te vayas cuando realmente quiero que todo vuelva a ser como antes? - Aquellas palabras dejaron a Byron totalmente en shock.
Sin siquiera poder reprimirlo, sus brazos rodearon con fuerza a Aiden acercándole más a él, podía sentir las uñas del menor clavarse en su espalda a través de la ropa, pero no dijo nada, sabía que a pesar de todo Aiden le necesitaba en ese momento.
- Aiden, yo... realmente lo siento, nunca quise hacerte daño - El menor pareció relajarse un poco y se separó de él mirándole a los ojos.
- Pues lo siento mucho Byron, pero es justo lo que conseguiste... - El rubio sintió sus labios temblar levemente cuando vio todo el dolor que se reflejaba en la mirada verdosa de Aiden, ya no había rastro de aquel brillo que 10 años antes le había dejado totalmente prendado - Por favor, vete...
Bajó la mirada en silencio y se separó dirigiéndose hacia la puerta. Quería dar media vuelta, abrazar a Aiden y disculparse mil veces rogando que eso hiciese cambiar las cosas, pero su cuerpo actuaba por sí solo y en unos segundos estaba en el pasillo con la puerta cerrada a sus espaldas.
Miró la hora en su teléfono: medianoche, oficialmente había pasado un año desde que le había pedido matrimonio y casi dos meses desde que lo había dejado plantado en la fuente, todo el mismo día.
''Soy un imbécil''.
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AMANECER ;; Inazuma Eleven ✓
FanfictionTodas las mañanas se despertaba al amanecer sintiendo la soledad y el frío que reinaban ahora en su cuarto. Sus pensamientos giraban en torno a aquel día tan horrible, ¿por qué habían cambiado tanto las cosas?