02.

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En cuanto llegó al apartamento de Byron quiso entrar, pero unos gritos provenientes del interior le detuvieron, reconocía esa voz. Acabó por dar media vuelta y bajar las escaleras.

De pronto la puerta se abrió de golpe y salió alguien todavía gritando, justo después Byron cerró dando un portazo.

- ¡PÚDRETE, YA NO ERES QUIEN ERAS! - El chico bajó furioso - Oye tu, apártate de mi cam...¿¡Aiden!?

- Hola Claude... - El pelinaranja trató de forzar una sonrisa, pero le fue imposible.

Los dos chicos se miraron durante unos segundos en silencio hasta que Claude tiró de la mano de Aiden haciendo que le siguiese, el ojiverde simplemente se dejó llevar sin entender nada.

Solo había algo claro en su mente: estaba muy feliz de volver a ver a Claude. Tanto él como Bryce habían vuelto a Corea al cumplir la mayoría de edad, así que habían pasado unos 6 años desde que se habían visto en persona por última vez.

Cuando detuvieron el paso, Aiden levantó la mirada, estaban frente a un apartamento. Entró siguiendo al pelirrojo y lo primero que su mirada vio fueron dos pequeños zafiros fríos que le observaban con sorpresa.

- ¡Aiden! - El albino se acercó al menor antes de abrazarle, el pelinaranja se aferró a él - Claude, ¿qué tal ha ido?

- Es un imbécil, ni siquiera ha querido escucharme - Bryce suspiró.

- Supongo que habláis de Byron... - Los dos coreanos se miraron en silencio.

- Shawn nos ha contado todo... Lo siento - El ojiverde forzó una pequeña sonrisa mientras se separaba del albino.

- No te preocupes, no es vuestra culpa, supongo que simplemente no soy suficiente para él - Sus palabras recibieron como respuesta un golpe en la cara que le dejó algo en shock.

- ¡CLAUDE! - Bryce le fulminó con la mirada.

- Vuelve a repetir esa estupidez y te golpeo en la otra mejilla - Aiden le miró expectante - ¿Crees que voy a dejar que te deprimas por lo que diga un idiota? - Su mirada ámbar se posó disimuladamente sobre Bryce - Ya he pasado por eso una vez, no pienso repetirlo.

- Escucha Aiden, ni Claude ni yo sabemos qué sucede con él, pero te prometo que trataremos de averiguarlo cuanto antes - El pelinaranja asintió antes de abrazar a ambos chicos.

- Os he echado de menos... - El albino sonrió mientras  Claude desviaba la mirada.

- Yo también, Aiden - El ojiazul se acercó a su oído - Y aunque no lo admita por su orgullo, el también te ha echado de menos.

Los tres hablaron un tiempo hasta que Aiden tuvo que irse, al menos había logrado olvidarse de Byron durante algunos segundos.

Caminó por la calle en silencio hasta que un pequeño ruido llamó su atención e hizo que se girase, alguien se había caído algunos metros más atrás.

- ¿Estás bien? - El pelinaranja se sorprendió al ver a la persona frente a el - Bai Long...

Los dos chicos se miraron entre ellos durante algunos segundos hasta que el peliblanco rompió el contacto visual. Se levantó y empezó a caminar, pero perdió el equilibrio unos pasos más adelante.

- Se nota que te has hecho daño al caer, no deberías esforzar mucho tu cuerpo - Aiden trató de ayudarle, pero el menor simplemente se apartó con la mirada baja.

- Por favor, aléjese de mi, no se acerque - Las palabras de Bai Long le dejaron atónito, pero cuando vio sus manos temblando enmudeció, ese chico tenía alguna razón para querer alejarse de él.

- Está bien, te dejaré en paz - Aiden le cargó en su espalda - Pero a partir de mañana, si Caleb descubre que estás herido y no te ayudé me matará.

Puso rumbo hacia la casa de su amigo. Podía sentir los brazos del peliblanco rodeando con fuerza su cuello, ver que al menos no era tan distante como horas atrás le alegró.

- ¿Aiden? ¿Que hac...? Espera, ¿Bai Long? - El moreno miró a Aiden algo confuso, él le explicó todo - Este chico y su cabezonería... Entra en casa, hace frío aquí en la calle.

Cuando entraron, Caleb cogió a Bai Long entre sus brazos, el menor había terminando por dormirse. Lo dejó en su cuarto y volvió, Aiden observaba una de las paredes en silencio con una expresión bastante decaída.

- ¿Has logrado hablar con él? - Aiden negó, sus manos temblaban - Tranquilo...

Caleb se acercó abrazándole, Aiden no tardó en aferrarse a él y empezar a llorar. El moreno se veía algo sorprendido, hacía bastante tiempo que no le veía llorar.

- ¿Qué voy a hacer ahora, Caleb? Se ha ido, justo un mes antes de... - No quiso decir aquella última palabra, simplemente miró el pequeño anillo de compromiso en su dedo y que no había tenido el valor de quitarse.

- Me encantaría decir que te entiendo y sé que hacer, pero esta vez yo... - El pelinaranja sonrió levemente observando el anillo de su mejor amigo.

- Lo se, la cosas te han ido muy bien con Jude - El moreno desvió su mirada al suelo - No te sientas mal, nada de esto ha sido tu culpa al fin y al cabo.

- Si solo pudiésemos volver atrás en el tiempo y arreglar todo... - Ambos suspiraron algo cansados - Deberías volver a casa, pronto será noche.

El pelinaranja asintió y al cabo de unos minutos ya estaba caminando rumbo a su casa. Al llegar suspiró, todo era muy... silencioso.

Se dirigió a su habitación y se encerró recargándose contra la puerta y sintiendo unas ganas inmensas de llorar.

Terminó por levantarse y caminar hasta una de las estanterías de su habitación. Dejó sobre ella su bufanda hasta que su mirada se posó sobre un cuadro.

Lo sostuvo entre sus manos sintiendo un nudo en la garganta. Aquella foto era del día en que Byron le había pedido matrimonio, había sido perfecto.

Solo ellos dos, el parque de atracciones junto al mar, sentir la arena en los pies... Y sobretodo los rayos naranjas del atardecer, aquello lo había convertido en un día perfecto para Aiden.

Dejó la foto boca abajo en la estantería y se tumbó sobre su cama mirando al techo y sintiendo el dolor que generaba el espacio vacío a su lado.

Tenía algo claro: convertir el atardecer en en un amanecer iba a tener un nuevo significado para él.

AMANECER ;; Inazuma Eleven ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora