Milo
Incluso yo estoy cansado de desmayarme cada vez que uso las malditas piedras, voy a tener que empezar a hacer entrenamientos más complejos, tengo que seguir lo que dijo mi maestra 'no depender de las piedras'. Definitivamente tengo que hacerme más fuerte para sólo valerme de mi propia fuerza, pero por ahora estoy en el hospital y no puedo hacer otra cosa más que descansar. ¿La buena noticia? Mañana salgo del hospital finalmente. Según Charlotte, estuve dormido todo una semana y mañana se va a cumplir una semana desde que desperté. No contamos con mucho tiempo que perder, pero ellos insistieron en que descanse, ya que de ahora en más las cosas iban a ser progresivamente más difíciles y, al menos eso, tienen mucha razón.
También tenemos que discutir sobre el viaje a Nerakis y nuestro proceder ahí, contamos con la ventaja de que Luke es oriundo de ese lugar, por lo que no vamos a estar a la deriva al llegar ahí. Así que sólo tengo que aguantar lo que queda de este día, lo que no es mucho porque está comenzando a anochecer, lo cual me tranquiliza y me llena de ánimos.Llegó mi día esperado y volví a salir del hospital, se está haciendo una mala costumbre esto. Debido a que la casa de Charlotte está en la otra punta de la ciudad y su reiterado y casi desesperado deseo de no volver, decidimos quedarnos, mejor dicho, ellos quedarse en el hotel en que estaban mientras yo estaba en el hospital, sólo que me registré yo también.
Cuando salí ya era cerca del mediodía y ya estaba entrada la tarde cuando finalmente llegamos al hotel. Ya acá sólo pude desplomarme sobre la cama y ponerme a pensar, tengo que pasar al menos otra semana sin hacer grandes esfuerzos físicos, por lo que sólo puedo sentarme en la cama y entrenar con mis piedras, lo cual me permite quedarme quieto pero aún así me genera un gran desgaste físico. Me mantuve concentrado dentro de mi habitación hasta que los golpes sobre la puerta me extrajeron de mi concentración, al abrir los ojos dejé que siguieran golpeando mientras me volteé hacia la ventana. Cuando vi que ya era de noche me levanté casi a las corridas a ver quien era que golpeaba, al abrir la puerta, era Charlotte,
-"Hora de cenar. Además, tenemos algo que discutir" dijo sonriendo
-"Sí, jefa" dije suspirando, cerré la puerta tras mi espalda y la seguí al comedor.
En cuanto nos sentamos a comer pudimos disfrutar de unos adorables minutos de silencio ensordecedor, lo cual disfruté, y me sorprendió, porque no soy aficionado del silencio, todo lo contrario, siempre me gustó estar rodeado de algún tipo de ruido, soy un bicho de ciudad, crecí entre ruido. Hasta que Charlotte se decidió a romperlo, lo supe en cuanto vi la forma en que dejó su vaso sobre la mesa.
-"Propongo que brindemos por haber conseguido dos de las tres piedras del imperio. Es todo una hazaña" dijo tomando rápidamente su vaso de nuevo
No sé porqué, pero nunca les dije que Hyoga me dió la piedra en el pasillo. Para ellos, el elfo se fue de la arena, sin cumplir con su palabra rompiendo así la promesa, pero no los contradije. Había algo en mi interior que me hacía permanecer callado, sentí que debía mantenerlo oculto, así que lo hice,
-"Totalmente" contesté sonriendo y levantando mi vaso, a lo que todos lo levantaron y brindamos.
-"Ahora tenemos que emprender el viaje a Nerakis" dijo Charlotte luego de brindar
-"Aprovechemos estar en la capital y usemos el paso más corto que hay por el desierto de Sha, entre Vaonlest y Versal" continuó Luke
-"Ahí tengo contactos, así que podemos descansar unos días en Versal y luego seguir hasta la capital" finalizó sonriendo
-"¡Genial! Quiero conocer Nerakis" dijo Star con sus ojos brillando y abiertos de par en par
-"Vamos a tardar dos semanas en cruzar el desierto, pero necesitamos que te recuperes antes" dijo volteandose hacia mí
-"El desierto está habitado por las mascotas de Sha, hay de todo tipo, pero las más peligrosas son las solitarias" dije Janz con su profunda voz mirándonos a todos
-"¿Te enfrentaste alguna vez a alguna?" le pregunté rápidamente
-"Peleé con varios gusanos gigantes, que son los terceros más mortíferos del desierto. En otra misión, con mi grupo tuvimos que escapar al cruzarnos con crías de escorpiones ancestrales" dijo bajando la mirada
-"¿Por qué escaparon de crías?" preguntó Luke
-"Porque donde hay tres crías, la madre está cerca y nuestro grupo no estaba preparado para enfrentar a la mascota más mortífera de Sha" dijo suspirando
-"¿Y nosotros…?" dije rápidamente
-"No lo sé, quizás" dijo volviendo a su comida
-"Esta semana terminá de recuperarte mientras nos preparamos. Salimos el primer día de la semana próxima" dijo Charlotte
-"Está bien, lo acepto. ¿Cómo vamos a ir?" contesté
-"Pegasos, son lo más rápido que tenemos para cruzarlo" dijo Luke pensativo
-"Antes de salir pedimos los necesarios y problema resuelto" dijo Charlotte
Ante esa respuesta todos asentimos y con eso quedó sellado el plan que habíamos formulado durante la comida. Hecho eso, nos retiramos cada uno a nuestras respectivas habitaciones.
Me quedé sentado mirando por la ventana el vasto y oscuro cielo, que se encontraba completamente vacío de estrellas, lo cual era raro, era la primera noche que había transcurrido en este mundo dónde el lienzo celestial se hallaba apagado, como vaticinando un cambio en nuestro camino de ahora en más. Continué observando el cielo hasta que el inquebrantable silencio sostenido por mi persona, fue interrumpido por un ruido externo. Cuando quité mi atención del cielo y me concentré en el ruido, era la puerta, me sorprendí al ver que alguien venía a buscarme tan tarde. Al principio dudé en abrir, la primera persona que se me vino a la mente fue mi queridísima patrocinadora, pero sé que no va a quebrantar mi palabra y no se va a aparecer, aunque sigo esperando su carta. Con Alba descartada, pensé en otro demonio o patrocinado, conseguir tres piedras podría llamar la atención de cualquiera. Rendido ante mis pensamientos, volvió a sonar un solo golpe seco contra la puerta, por lo que comencé a caminar lentamente hacia ella. Posé suavemente la mano derecha sobre el picaporte de la misma, dudé un momento, suspiré y abrí la puerta.
Definitivamente el cielo no se equivoca, ni este mundo, ni en el mío, las fuerzas ancestrales son igual de sabias en todos los mundos. Supongo que mi cara de sorpresa fue demasiado obvia, por la cara que puso,
-"¿Qué?" dijo Minerva inexpresiva como siempre
-"Na-nada, sólo me sorprendí" admití un poco nervioso
-"¿Qué pasó?" dije aclarándome la garganta
-"Quiero cumplir mi palabra para desligarme" dijo sin inmutarse
-"¿Querés pasar y arreglarlo?" dije haciéndome a un lado
-"No, quiero arreglarlo acá" dijo sin moverse
-"Está bien, ¿te pa-parece ir a las afueras de la ciudad y pa-pasar la ta-tarde? Podemos llevar de comer" dije un poco nervioso
-"Acepto, yo sólo voy. Encargate vos del resto" dijo volteandose y volviendo a su habitación
-"Está bien, que descanses…" susurré mientras ella se alejaba
Cerré la puerta, todavía un poco atónito por lo que acababa de pasar. Desde el primer día me había parecido una mujer hermosa, a pesar de ser una princesa del hielo, pero la pelea del torneo me vino como anillo al dedo. Ya que tengo que descansar, aprovecho para distenderme un poco, olvidarme por un rato de la situación en la que me encuentro y volver a ser una persona normal no me vendría mal.
Me volví hacia la cama, me recosté boca arriba y comencé a pensar en cómo llevar a cabo la titánica misión. Me siento más abrumadora y atemorizado por ella y la salida, que por el cíclope y el tuniq juntos. A medida que me sumergía más en mi mente, escudriñaba cada vez más mis pensamientos, y mis párpados comenzaban a sentirse pesados, empujados hacia abajo por el peso del cansancio.
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Anawond
FantasíaMilo era un chico normal como cualquier otro, hasta que el accidente de su familia lo hundió en la desesperación. Dispuesto a recuperarlos como sea, hace el pacto con la voz que lo intimida en su mente, quien resultó ser Albafika, la representante d...