Capítulo 10: Checkpoint

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Milo

Llevo un poco más de dos días viajando junto a Beza, sólo descansamos una noche en un hotel del camino y continuamos, ya que mientras antes llegue a la capital, antes iba a poder reunirme con ese grupo del que me habló Alba en la carta.
Fue luego del mediodía que logré divisar a lo lejos una ciudad enorme,
-"Vamos Beza, eso debe ser Vaonlest" dije acariciándole el lomo y se apuró más.
Luego de una hora, finalmente estábamos frente a los grandes portones de la entrada de la capital del imperio, me bajé de Beza, le dí algo de comer y lo envié de vuelta hacia Dagsa para que pudiera descansar con Sophia y el resto,
-"Ya en la ciudad puede valerme de mis piernas" pensé y crucé el umbral para ingresar a la ciudad.

Comencé a caminar por las calles de la capital, asombrado por las brutales diferencias que existían entre ella y Dagsa, de repente me sentí abrumado, como si me estuvieran observando a lo lejos, por lo que me puse ambos guantes por si algo surgía.
Aún así seguí caminando mostrándome distraído, mientras que en mi interior intentaba descubrir desde dónde me observaban o que es lo que podrían estar buscando de mí,
-"Parece que ser extranjero no es del todo bueno acá, eh" dije suspirando
-"Y menos con esa ropa extraña, está gritando que sospechemos de vos" dijo una voz femenina a mis espaldas
No dudé en darme vuelta, cuando lo hice, ví a una mujer pelirroja con su pelo corto a la altura de sus hombros, alta como yo, en su cara tenía pecas, de ojos verdes de una tonalidad jade, estaba vistiendo una remera color naranja opaco sobre la cual tenía una suerte de armadura, color beige, que se ajustaba a su torso y cubría su hombro izquierdo, sumado a otra porción de ella que cubría sus brazos desde el codo hasta sus dedos, y un pantalón negro que le llegaba hasta las rodillas culminando en unas rodilleras que iban a juego con el peto. Estaba cruzada de brazos y parecía molesta, como si me hubiesen estado buscando.
Detrás de ella se erguía un hombre que me debería llevar, al menos, dos cabezas, tenía su pelo castaño rapado, junto con sus ojos castaño dentro de su cuadrada cara, también usaba parte de una armadura pero él sólo tenía cubiertos sus brazos, íntegramente desde el hombro a las puntas de sus dedos, pero sus protecciones era de un color plateado grisáceo, a diferencia de las de la mujer. Además, tenía una gran presencia, por un momento me recordó al señor Deimos.
-"Pelirroja, y sí, muy molesta. Vos debés ser con quién tenía que encontrarme" dijo sonriendo
-"¿A quién le decís molesta?" dijo poniéndose furiosa, luego suspiró y chasqueó sus dedos
En cuanto hizo mis manos quedaron detrás de mi espalda y no podía moverlas, supongo que ese chasquido fue por un hechizo para inmovilizarme, en ese momento agradecí haberme puesto los guantes. Lo único que se me ocurrió es usar la habilidad del guante blanco, que por lo que descubrí en estos seis meses es capaz de absorber algo de energía para así potenciarse hasta que esa energía se acabe, eso explicaría que se haya tornado negro cuando fui por todo en aquel último golpe al señor Deimos. Así que no tenía más opciones que confiar en que ello, y esperar que sea poca magia para que guante pueda con ella, y comencé a concentrarme en él y visualizando como si la energía fluyera hacia él, es simplemente lo contrario al entrenamiento que había realizado con el negro durante seis meses, por eso visualizarlo no fue problema.
Pero, aún así, necesitaba hacer tiempo mientras hacía eso, así que me decidí a comenzar una amigable charla,
-"Soy Milo, mi pat...eh...mi amiga me dijo que había arreglado para que me uniera a tu grupo" dije poniendo mi mejor sonrisa
-"Ahora está mejor. Soy Charlotte, y el grandote es Janz" dijo mientras él agitaba su mano en forma de saludo
-"Sí, lo que decís es correcto. Pero al verte, tengo mis dudas si de verdad nos podés ser útil, así que vamos a tener que ponerte a prueba" dijo con una sonrisa llena de maldad
-"¿Prueba? ¿Qué tipo de prueba?" dije nervioso
-"Considerando que estamos en la ciudad, con que soportes un golpe de la lanza de Janz, sin salir volando o desmayarte, te acepto en el grupo" dijo mientras detrás de ella Janz abría su Invrium y sacaba una hermosa lanza dorada con su punta de tipo corcesca, es decir, una punta central y de su base nacen otras dos puntas que rodean a la punta central.
En cuanto vi esa lanza me empecé a poner nervioso, porque había conseguido que el guante absorba un poco del hechizo, pero todavía no podía mover bien mis manos, me decidí a liberar sólo la mano derecha, quizá con la neblina podría frenar eso sin que me corte en pedacitos. Así que me concentré todo lo que pude mientras intentaría desesperadamente ganar un poco más de tiempo,
-"¿Qué hay del resto del equipo?" dije tratando de que no me tiemble la voz
-"Conseguí reunir gente, sólo queda tu puesto por cubrir" dijo muy confiada
Eso me tranquilizaba, tener el apoyo de todo un grupo es algo que me puede beneficiar mucho para empezar, haberlo hecho solo hubiese sido bastante difícil.
-"¿Alguna pregunta más, Milo?" dijo fanfarroneando
Lo que ella no sabe es que en cuanto finalizó esa pregunta, mi mano derecha al fin fue libre, así que ya estaba en condiciones de frenar ese ataque,
-"Sí, la última. ¿Cuándo va a atacar?" dije confiado mientras reunía neblina alrededor de mi brazo detrás de mi espalda, lo único que vi fue a ella sonreír y a Janz desaparecer de su espalda.
En ese mismo instante levanté mi brazo derecho, en cuanto superó la altura de mi cabeza, conseguí ver a Janz sobre mí, quién me atacó con la lanza. Lo bueno es que pude bloquearla sin mayores daños y sin salir volando, pero fue tan fuerte que enterró mis pies en el suelo, cuando cesó el forcejeo, caí sobre mi rodilla derecha y al levantar la vista Janz estaba nuevamente a espaldas de Charlotte.
-"Con que pudiste liberarte de mi atadura justo para bloquearlo, eh. Estás dentro" dijo riendo
Janz me tendió la mano, me ayudó a salir del suelo y Charlotte me quitó finalmente ese hechizo, con lo que pude volver a mover mi mano izquierda.
-"Supongo que haber hecho ese trato hace un mes realmente valió la pena, ¿no Janz?" dijo muy alegre mientras comenzaba a caminar
-"Sí señorita, así es" dijo sin inmutarse y caminando detrás de ella
-"¿Qué esperás? Vení, te voy a presentar al resto del equipo" dijo volteandose hacia mi y comenzamos a caminar
-"¿Dónde está el resto?" dije curioso
-"Nos estamos hospedando en un hotel no muy lejos de acá, les dí toda la semana libre porque se suponía que en estos días tenías que aparecer vos. Así que mientras Janz y yo esperábamos cerca de la entrada, los dejé en paz" dijo muy comprensiva
-"Entiendo. ¿Y qué es lo que estás buscando?" dijo aún más curioso
-"Le dicen el azelario, según lo que se dice, contiene información sobre las Gendam Stones y quiero saber más sobre ellas" dijo muy emocionada, tanto que sus ojos brillaban
-"¿Y vos? ¿Qué es lo que buscás para haber terminado con nosotros?" continuó
-"La verdad, es que estoy tras la piedras. Por eso quería pedirte que si llegamos a encontrar eso que buscás me lo dejes leer antes de separarnos" dije frotándome la nuca y sonriendo
-"¡¿Qué?! ¿Por qué harías eso?" dijo sorprendida
-"Perdón, pero eso es algo que no puedo responderte" dije serio sin desviar la mirada del camino
-"Entonces voy a pensar si compartirte la información vale la pena, demostralo durante la búsqueda" dijo luego de suspirar
-"Me parece justo" dije sonriendo
Al decirlo, me sorprendió el golpe de una gota contra mi ojo, miré hacia el cielo y parecía que iba a empezar a llover,
-"¿Todavía estamos lejos del hotel?" dije preocupado
-"Son unas cuantas cuadras más, mejor corramos" dijo sin dudarlo

AnawondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora