Sarah no quiere sufrir. Ella tiene su vida muy clara: su futuro está al lado de un coreano. ¿Entonces por qué cada vez que tiene la oportunidad cae en los encantos de Anthony Soublette? Ella no lo sabe, pero sin duda toda la culpa es de ese chico q...
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Sarah.
— ¡DANIA! —el grito femenino me hizo girar de golpe y no pude evitar reír al ver a la cuñada de mi mejor amigo sobre una de las encimeras.
Se encontraba bailando y realmente lo hacía muy bien. Tanto, que en este exacto momento era el centro de atención de todo el club.
—Está loca —alguien rió a mi lado y me giré rápidamente encontrándome con la cara de uno de nuestros acompañantes. Anthony, si mal no escuché cuando se presentó ante el grupo.
Vine a la celebración de despedida de soltera de Dania y, como era de esperarse, ella invitó a su grupo de amigos. Tony, Chris, Abel, Anthony y otro que se llama como el novio de Barbie, Ken.
— ¿Eres muda? —el chico vuelve a hablar y yo le lanzo otra mirada divertida.
—Sí, ¿por? —sonrío y él niega desviando su mirada.
Río aún más por todo lo que está sucediendo con los chicos y desvío de nuevo mi mirada cuando la risa masculina a mi lado me hace sentir un pequeño escalofrío.
Detallo con más atención a Anthony. Es pelinegro, primer dato. Sus ojos son pequeños y algo achinados, pero no es chino, de eso estoy segura. Tiene ojos negros y pestañas largas. Es guapo y me está pereciendo muy sexy.
— ¡Es verdad, Sthepen me da duro! —Venus ríe y todo el lugar estalla en carcajadas cuando con algo de esfuerzo Sthepen la logra bajar de la encimera.
No sé lo que pasó, pero de un momento a otro todo se volvió una locura. Solo estábamos bailando y ahora parecemos drogados.
— ¿Quieres beber algo? Muero de sed —me giro hacia Anthony y abro mucho mis ojos al notar lo cerca que estamos. Debe ser porque el resto de las personas están hacia el otro lado viendo el espectáculo de cerca, pero en este momento, solo somos Anthony y yo en la pista de baile.
—Claro —él me sonríe y toma mi mano abriendo espacio entre las personas.
Trago saliva y observo su brazo. Se nota que hace ejercicio porque la camisa se ajusta a la perfección a sus músculos bien definidos. ¿Qué me está pasando? Nunca me había prendido tanto un chico de rasgos no asiáticos. Él no es asiático pero me prende mucho. Me lo quiero coger.
— ¿Qué quieres de beber? No sé si lo chicos se van a ir ya —Anthony se gira hacia mí y me observa divertido. No sé si es que ya se dio cuenta de las miradas que le estoy echando o porque él está pensando lo mismo que yo.
Tengo mucho calor.
—Vodka —pido y él asiente pidiendo una botella.
Muerdo mi labio inferior ansiosa y observo hacia el lugar en donde están mis amigas. Ya se fueron todas del club.
