Sarah no quiere sufrir. Ella tiene su vida muy clara: su futuro está al lado de un coreano. ¿Entonces por qué cada vez que tiene la oportunidad cae en los encantos de Anthony Soublette? Ella no lo sabe, pero sin duda toda la culpa es de ese chico q...
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Sarah.
—Los quiero mucho, por favor cuiden mucho a Simón —le hago cariño al gran perro que tiene el nombre de mi hermano y este lame mi cara antes de mover su colita emocionado.
Es el perro que se encarga de cuidar el bar. Es muy grande y está entrenado para cualquier caso de asalto. Puede morder hasta matar, pero para mí es un pequeño bebé puro e inocente.
—Te amo mucho —dejo varios besos por su cara peluda y él gime cuando me levanto dispuesta a irme. Lo sabe, no me verá tanto como antes y fuera de esa aura peligrosa que emana, es bastante llorón y cariñoso cuando entra en confianza. Es igual a mi mellizo.
—Desde que tú llegaste se volvió más blando —Álvaro sonríe y yo me encojo de hombros caminando hacia mi señor padre que está en la puerta del bar.
Es innegable. En estos últimos meses nos hemos vuelto muchísimo más cercanos de lo que alguna vez fuimos y es estúpido decir que no lo voy a extrañar. No me he ido y ya siento que lo extraño. No quiero volver a distanciarme porque eso me destrozaría. Él para mí es una parte fundamental en mi existencia.
—Te llamaré cuando llegue, ¿vale? —sonrío y suspiro cuando sus ojos se humedecen por la emoción. De ahí vino el lado llorón de Simón. Definitivamente los hombres de mi familia son los más emocionales.
—Llámame en cada parada que hagan. Por favor cuídate mucho y por favor cuida mucho a Seung —asiento y trago el nudo en mi garganta abrazándolo con fuerza.
No pensé que sería tan difícil despedirme pero ahora sé que ese pensamiento fue estúpido. Es duro, intenso y bastante triste porque eso me recuerda a la última vez que lo hicimos. La diferencia es que esa vez solo nos despedimos con la mano y yo me quería morir internamente porque mi mundo se estaba derrumbando y no quería que se diera cuenta. Nunca demostré cuán afectada estaba hasta que Taylor me encontró viendo unas antiguas fotos en mi habitación y exploté en llanto sobre su hombro.
Mi mejor amigo siempre me apoyó y me comprendió... Lo que me hace sentirme estúpida por no haberle dado la oportunidad de seguir haciéndolo.
Tuve largas conversaciones con mi papá referente a todo lo sucedido. Él me dio la confianza necesaria para decidir volver y no lo voy a negar: estoy malditamente asustada sobre la reacción que puedan tener todos. Pero no me importa, si decidí volver fue porque ya no tengo intenciones de esconderme ni de esconder a mi bebé.
Él no estuvo planeado, pero fue lo mejor que me pasó en mi jodida vida y lo amo y lo presumiré hasta la muerte. La historia que tuve con su padre o el hecho de que me haya abandonado no tiene nada que ver con nuestra relación. Es mi chinito soñado y es el amor de mi vida. A la mierda las opiniones negativas de los demás y a la mierda Dae-Hyun.
