Capítulo 20

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Deposité las bolsas sobre la mesa de la cocina y me giré hacia ella.

Becca estaba envuelta en una de sus mantas y por poco se mantenía de pie, se que si fuera por ella estaría tirada en su cama y quizás esa sea la mejor opción de todas, dado que no tiene buen aspecto y no puede estar mas de un minuto sin ponerse a toser.

- ¿Te has medido la fiebre? - pregunté acercándome a ella y colocándole una mano sobre la frente.

No se si fue porque mi mano estaba demasiado fría o si la frente de Becca estaba demasiado caliente, pero se estremeció ante el tacto, y eso no es buena señal.

Becca negó con la cabeza como respuesta y respiró profundo por la boca, para luego cerrar los ojos y soltar el aire.

- Estas que ardes - dije con una expresión de preocupación, y agradecí haber comprado un antifebril porque es justo lo que necesitaba ahora.

- Eso es lo que me dicen todos - bromeó, porque aún enferma y todo no perdía la oportunidad de bromear.

- Tonta - reí mientras caminaba hacia la mesa y recogía una de las bolsas - vete a la cama y tomate esto, que te preparo un té o algo pero hay que bajar esa fiebre ya.

- ¿Has venido para verme dormir? - soltó una especie de carcajada pero se encogió mas mientras se arropaba, de seguro se estaba congelando - no hacía falta que vinieras, de verdad.

- ¿Por que no me habías dicho que estabas así de mal? - pregunté mientras volvía a acercarme a ella y sacaba la tira de pastillas de su caja.

- No iba a avisarle a cada persona que conozco que estaba un poco enferma, Connor.

- Pero yo no soy cada persona que conoces, Becca - le tendí una de las pastillas - tu y yo cuidamos el uno del otro, como siempre lo hemos hecho.

Ella suspiró y tomó el pequeño círculo color blanco de mi mano.

- Está bien, te prometo que la próxima vez que me esté casi muriendo voy a avisarte.

- Ve a la cama, que te llevo algo de beber.

Se giró de mala gana y caminó hacia su habitación, donde por el crujido de la cama supuse que se había lanzado así como había podido.

Becca era una mujer muy independiente y rara vez se dejaba ayudar, mucho menos le gustaba mostrarse vulnerable como ahora y le costaba aceptar que hay veces que necesitamos cerrar los ojos y dejar que nos cuiden.

Y aunque se había ido suspirando y me apuesto el cuello a que puso los ojos en blanco mientras lo hacía, en el fondo se que se estaba dejando cuidar.

Esperé que uno de los té que tenía en su cocina se hiciera en la misma taza que siempre usaba para desayunar y me encaminé hacia su habitación.

La encontré en un lado de la cama, tapada hasta casi la nariz y hecha un bollo.

- ¿Te has tomado la pastilla? - pregunté mientras caminaba hacia ella haciendo equilibrio con la taza y esperando no tirar el líquido a la mierda como siempre hacía.

Becca asintió con la cabeza y se incorporó un poco en la cama, lo suficiente para estar en una posición mas cómoda para beber el té.

Me senté en la cama junto a ella y le tendí la taza con cuidado, porque lo único que nos faltaba era terminar en urgencias con una Becca quemada e incubando el mismo virus que seguramente extinguió a los mamuts.

- Si te bebes todo luego te doy una sorpresa - le dije, pensando en que le había traído una bolsa de sus dulces favoritos.

- Si es algo sexual ya te digo que no estoy muy interesada de momento - dijo para luego cubrirse la boca y toser varias veces.

The boy knows something 2 (TBKS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora