Capítulo 25

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Desperté porque sentí como alguien acariciaba dulcemente mi espalda, y aunque me costó un poco comprender de quien o de que se trataba, porque estoy bastante acostumbrado a dormir solo estos últimos meses, me di cuenta de que era Mackenzie la dueña de aquella suave mano que se paseaba perezosa hacia arriba y hacia abajo de mi espalda desnuda.

La luz del sol entraba por las ventanas, por supuesto que nadie había cerrado las cortinas anoche, ni siquiera me di cuenta de que me había quedado dormido hasta que desperté. 

Volver a tener sexo con Mackenzie la noche anterior me trajo muchos recuerdos a la mente, y creo que quedé tan sumergido en ellos que me dejé ir por el sueño sin importarme nada, solo abrazado a ella, sintiendo su cuerpo desnudo junto al mío. Tanto fue que me dormí sin querer, que ni siquiera apagué las luces de la sala y probablemente la factura de la luz me caería como una piedra en el estómago dentro de un tiempo, pero creo que valió la pena. Quizás pueda pedirle a Mackenzie que me ayude a pagarla.

Es broma, por las dudas, es broma.

- Buenos días - le dije entre dormido, pero una vez que miré esos ojos azules tan brillantes, el rastro de sueño que me quedaba se fue por completo.

Me fue raro verla en mi habitación, y no en la habitación que tenía en casa de mi madre, es como si Mackenzie y mi nueva vida no concordaran, por algún motivo, pero dejé de pensar en ello porque pasó su mano suavemente por mi rostro para apartarme algunos pelos de la cara y me sonrió de esa forma que me dejaba la mente en blanco cinco años atrás.

- Buenos días - me respondió - nos hemos quedado dormidos.

- Ya veo - reí, aún de lado y observándola - no me esperaba que pasara eso.

- ¿Que nos quedemos dormidos?

- No, lo otro - respondí con un poco de verguenza, algo que no debería tener a este punto de mi vida pero por alguna razón aún la tengo.

- Ah, si - me dijo mientras se subía las sábanas un poco mas arriba para cubrirse el pecho - bueno, yo tampoco creía que iba a pasar pero me alegro de que pasase.

- Mackenzie...

- Lo se, lo se, no tienes que decírmelo... se que está mal, se que... se todo, ¿está bien? pero no voy a mentirte, me ha gustado volver a estar contigo.

- A mi también me ha gustado volver a estar contigo... me ha llevado de vuelta cinco años atrás.

- Espero que eso sea bueno - rió enseñando los dientes por primera vez en el día.

- Yo creo que si lo es - coloqué uno de mis brazos al rededor de su cintura, aunque al momento en que lo hice me arrepentí un poco, no sabía si estaba bien hacerlo o si ella prefería que no lo haga, pero lo dejé en aquel sitio en cuanto vi que se acercó un poco mas a mi, a gusto con mi gesto - ¿llevas mucho despierta?

- Un tiempo - respondió - estaba pensando.

- ¿En que pensabas?

- No creo que quieras saberlo - Mackenzie se ruborizó un poco y mi interés no hizo mas que aumentar.

- Me da miedo - le dije - si estás pensando en que antes era mejor en la cama, entonces si, no me lo digas.

- Eres imbécil - rió y me pegó en el brazo - no es eso... pensaba en que hacer con nosotros.

Alcé las cejas como un mero reflejo, no me esperaba que dijera algo así, sobre todo porque yo mismo no me había permitido nunca pensar en un nosotros, no después de haberme enterado de que en tan solo cinco días estaría caminando al altar.

The boy knows something 2 (TBKS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora