Capítulo 23

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Yo sugerí pedir una pizza, pero Mackenzie insistió en que sería mas divertido tratar de cocinar algo nosotros mismos.

La invité a quedarse en mi apartamento por el resto del día, me pareció razonable eso de pasar algo de tiempo juntos para hablar bien y aclarar las cosas, y el hecho de que ella misma hubiese dicho en voz alta que no pasaría nada mas allá de una simple charla me dejó un poco más tranquilo.

Ella tenía razón, si queríamos resolverlo hacía falta hablar como adultos, y para poder hablar lo mínimo que había que hacer era crear un buen ambiente, no uno tenso y lleno de preguntas sin respuesta que daba miedo hacer. Ahora estaríamos cómodos, nos aclararíamos las dudas y, con un poco de suerte, yo podría aclarar mi cabeza y decidirme en todo lo que respectaba a Mackenzie.

La duda que mas me carcomía era no saber si todos estos años seguí enamorado de ella, o de un recuerdo que yo mismo cree para no olvidarme de Mackenzie. Y para poder diferenciar a la real de la inventada por mi, hacía falta volver a entablar una relación con ella, al menos por el tiempo que tuviésemos hoy.

Así que eso éramos, o al menos intentábamos serlo, dos viejos amigos que después de muchos años deciden pasar el rato.

Aunque bueno, entre Mackenzie y yo la amistad no había sido la protagonista de la historia, porque lo que mas había surgido entre nosotros habían sido chispas. Chispas que teníamos que averiguar si seguían allí.

Eran cerca de las siete ya y decidimos ponernos a cocinar en ese momento, al menos si había algún inconveniente, que era lo mas probable, nos daría tiempo a pedir una pizza antes de que el lugar cierre, porque a pesar de que Mackenzie estuviera en una especie de vacaciones, aún era día de semana y los locales cerrarían temprano.

Hablando de que sea día de semana, recordé que esa misma noche tenía que rehacer el trabajo de esa mañana y volver a enviarlo, si no lo hacía mi jefe me mataría. Bueno, en primer lugar me mataría secretaría, que era el área que primero se enteraría de la falta de responsabilidad por mi parte, y luego llegaría a oídos de mi jefe que me agarraría de los huevos para ponerme en la calle, seguramente. No porque sea un exagerado, es bastante buen hombre y siendo sincero no creo que sea tan drástico para agarrarme de los huevos, pero aquel proyecto era muy importante y yo tenía que entregarlo no importa que.

Decidí que lo haría en cuanto Mackenzie se fuera, que de seguro no sería mucho mas después de cenar.

- ¿Que me vas a hacer de cenar? - preguntó sonriendo mientras se recostaba en uno de los muebles de mi cocina.

- ¿Cómo que que te voy a hacer de cenar? Si tu has tenido de idea de cocinar - reí mientras sacaba una de las cucharas grandes del cajón principal - yo soy una mierda en la cocina, Mack, te lo digo de verdad.

- Bueno, tampoco me cocinaste nada cuando estábamos juntos así que voy a tener que creerte.

Esa mención a cuando estábamos juntos me descolocó profundamente, pero las palabras en respuesta salieron de mi boca mas rápido de que lo deberían, y quizás si hubiese esperado un poco más, me lo hubiese replanteado y no las hubiese soltado.

- Tampoco tuvimos tanto tiempo de hacer ese tipo de cosas, te fuiste rápido - abrí mucho mis ojos en cuanto dije eso, porque salió peor de lo que pensaba - lo siento, eso ha sonado como reproche, olvídalo, soy imbécil.

Saqué algunos otros utensilios de cocina del cajón principal, aunque no lo hice por necesidad, si no producto de los nervios y del no saber que hacer con las manos, porque de todas formas aún no teníamos ni idea de lo que haríamos para cenar.

- No te disculpes, tienes razón... me fui sin avisar.

De repente, de un momento para el otro, aquel ambiente ameno cambió por completo. No era incómodo, o tenso. Era nostálgico.

The boy knows something 2 (TBKS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora