Rio Hermoso - Wos

D I E C I S E I S

Lucia

Hoy a Ramiro, a Ámbar y a mi nos tocaba limpiar la cafetería después del almuerzo así que nos quedamos hablando un rato más.

Había tenido un día raro. Por un Valentín me estaba evitando. Y por otro lado, yo estaba evitando a Marcos.

Una vez que todos se fueron a seguir con sus actividades, Ramiro se ocupó de sacar las mesas, Ámbar de lavar los platos y a mí me tocaba barrer.

Suspiré cuando vi por la ventana a Lucas, Jazmín y Valentín haciendo pases con una pelota de fútbol.

Seguí barriendo hasta que me acordé de una cosa.

"Me había asustado, amor. Estaba jugando un partido con los pibes hasta que vino Ámbar y nos contó lo que había pasado."

-Ni te preocupaste por mí.-le dije en joda a Ramiro mientras le pegaba con la escoba despacito.

-¿Por qué me tendría que preocupar?.-preguntó riendo mientras pasaba un trapo por arriba de una de las mesas.

-Ámbar les dijo que los dos nos habíamos lastimado, Valentín y yo. Y vos dijiste que estabas mal por no haberte despedido de Valentín.-ví como frunció el ceño.

-¿Eh?.-preguntó confundido y ahora yo fruncí el ceño.-Estas loca Lu.-dijo riendo.

-Marcos me dijo eso cuando me llamó al hospital.-dije.-Se pensó que nos habíamos lastimado los dos.

-Marcos ni siquiera estaba jugando con nosotros cuando Ámbar vino.-dijo mientras juntaba una pila de vasos.-Igualmente, ese día cuando ustedes se fueron quedó todo tan alborotado acá que puede que haya entendido mal, era todo un despelote, creeme.

(...)

-¿Podemos hablar?.-pregunté parada en frente de la cabaña de Marcos.

-No sé, ¿estas más tranquila ahora?.-preguntó sarcástico y yo lo miré incrédula.

-¿Qué es lo que te pasa? ¿¡Vos fuiste el que me dejó plantada como dos horas y el enojado sos vos?!.-pregunté indignada mientras él cerraba la puerta atrás mío.

-Te dije que me olvidé, Lucia. No sé como no lo entendes. ¿Vos nunca te olvidas de nada?.-preguntó apoyando sus manos en la cintura. Era una cena de mierda, dejate de joder.-auch.

-¿Cena de mierda? No sabes todo lo que tardé para preparar eso. Aparte era para que nos arreglemos, no sé si te acordas que somos novios todavía.

-¡Cierto!.-dijo sarcástico.-¡Cuando los proveedores de mi viejo le ponen plata en la panaderia del tuyo somos novios! Me había olvidado.

Lo quedé mirando sin saber que decir y con lagrimas en los ojos.

Odio ser tan sensible.

-N-no es verdad.-mi voz se entrecortó.

-Lucia.-dijo suspirando.-¿Te pensas que no lo sé? ¿Que no me doy cuenta?.-subió sus cejas.

-Ma-Marcos no tenes idea de lo que decís.-dije negando.

-Lucia, dejá de pensar que soy un idiota porque me malhumoras.-soltó.-Ya sé que no me querés más.-se tapó la cara.

¿Eh?

Lo miré sorprendida.-Q-qué?

-Vine a este campamento poronga en el medio de la nada porque mis viejos me obligaron, te vieron tan emocionada ese día en mi casa cuando lo contaste que me obligaron a venir.-se sentó a mi lado.-Al final accedí, dije que no podía ser tan malo porque bueno, mi novia iba a estar conmigo, acompañándome y al final me dejás solo todo el tiempo por irte con tus amiguita que sé que les caigo mal o peor.. Veo como lo mirás al otro salame ese, porque a mí me mirabas de la misma manera al principio.