Rio Hermoso - Wos

C A T O R C E

Lucía

No dormí en toda la noche pensando en la conversación que había tenido con Ámbar.

-¿Qué fue lo que pasó?.-pensé mientras cepillaba mis dientes.

Al principio de nuestra relación con Marcos todo era distinto, era lindo, funcionábamos como una pareja. Pero a medida que el tiempo pasó ambos cambiamos y ya nada es como antes.

Y por otro lado está Valentín, que volvió después de años, y yo pensé que todo iba a ser normal, pero no.

Desde que volvió tengo una montaña rusa de emociones. Cada vez que lo veo, que hablamos, me siento como la nena chiquita que era en el pasado, que se ponía nerviosa cuando le agarraba la mano o solo la miraba.

-¡Lu!.-el grito de Sofi del otro lado de la puerta del baño me sacó de mis pensamientos.-Te está sonando el celu.

Miré la hora en el reloj de Ámbar que estaba apoyado en la bacha del baño, las nueve de la mañana, ¿quién llamaba a esta hora?

Salí del baño y ví que era papá.

-Holis.-atendí su llamado y me senté en la cama.

-¡Hola hija! ¿Cómo estas?.-sonreí al escuchar su voz, lo extrañaba bastante y se escuchaba contento.

-Bien, pero creo que no tanto como vos.-reí.-¿Qué te tiene tan contento viejito?

-Viejos serán los trapos Lucia.-me retó jodiendo.-Te llamaba para ver si me podías pasar con Marcos, quería agradecerle, ¡hace un rato se fueron los proveedores de la empresa del padre y quedaron encantados con todo!.-sentí como un nudo se formó en mi garganta.-¿Lu? ¿Seguís ahi?.

Lo que me faltaba.

Me levanté de la cama y salí de la cabaña, necesitaba tomar aire.

-Si, si.-dije intentando sonar normal.-Em, Marcos debe estar durmiendo, pero yo le agradezco no te preocupes.

-Que suerte que tuviste de encontrar a ese chico, hija. Encima él te quiere un montón.-no lo estaba viendo pero sabía que seguro estaba sonriendo apoyado en el mostrador de la panaderia.

¿Yo lo quería? ¿Él me quería?

Me encanta porque todos opinan de mi relación menos yo, ja.

-Si.-sequé una mini lagrima que amenazó con salir de mi ojo. Pero era una lagrima de enojo conmigo misma.-La verdad que sí.

-¿Vos estas bien? Te escucho rara.

-Estoy un poco cansada, nada más.-intenté sonar más alegre.-Te tengo que dejar pa, mandale un beso a Fausto de mi parte, los extraño mucho.

-Cualquier cosa vos me avisas, ¿si?.-dijo y yo asentí aunque no pueda verme.-Te quiero.

-Yo más.-dije y corté la llamada.

Suspiré mientras pateaba una piedra y me sentaba en un tronco que había enfrente de nuestra cabaña.

-Qué te hizo la piedra para que la patees así, nena.-me sobresalté al escuchar su voz y lo miré con un poco de vergüenza.-Veo que no son buenos días.-dijo sentándose a mi lado.