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III - Primer encuentro

Primer encuentro

CAPÍTULO III

A las a fueras del Hospital Nacional de Seúl

Povs Jimin

Mi guardia había sido un desastre. 

Seokjin, Hwasa y yo estábamos cansados. Un pequeño accidente automovilístico a 2 km de allí, nos había dado una de las noches más intensas de trabajo.

Llevaba toda la semana sin dormir... ya sea por los dolores de estómago o por mi insaciable deseo de masturbarme cuando me quedaba solo. Masturbarme pensando en él, en el alfa platónico que ya no podía decir con exactitud si realmente existía.

Hwasa subió al auto de MoonByul y se despidió eufórica a pesar de nuestro desgaste físico. Aquella tarde ambas irían a comer y luego a elegir los trajes para su boda. MoonByul al menos, porque Hwasa estaba decidida a usar un vestido blanco.

Yo... estudiaría sobre omegas, celos irregulares y supresores. Tal vez compraría helado y luego, caería rendido solo en mi departamento.

Pero algo hizo despertar a mi lobo, así como un tierno perro que mueve la cola buscando el aroma a carne al mediodía, mi lobo lo imitó buscando al alfa que más próximo sintió.

— Buenas tardes Doctor Park. Creí que podría comportarme cuando volviera a verlo, pero su aroma es algo que cala en lo más profundo de mí.

La voz ruda me hizo confirmar mis sospechas... él existía y estaba ahí, conmigo. Mirándome con la intensidad del mar y todos los vientos, vistiendo un traje hecho a medida, negro y con camisa blanca. Su Rolex apestaba a dinero y elegancia y combinaba a la perfección con los finos anillos que cargaba. Y su cabello, su cabello estaba más largo y ondulado que la última vez - última y única - vez que lo ví.

Me sonrió altanero y recordé el amargo sabor de ser llamado omega despectivamente, mientras juzgaba mi manera de colocar anestesia. Me removí indignado. Lo único que pude hacer fue saludarlo con un leve movimiento de cabeza. Él notó mi confusión... así que no perdió tiempo en romper el silencio entre nosotros.

— Me salvó la vida Doctor Park, déjeme compensarlo – este alfa había salido directo de la película The Godfather. No tenía ninguna duda. El chocolate amargo caló en mis fosas nasales y me hizo sentir un verdadero tonto, ya que deseaba y necesitaba su cuerpo clavándome contra el colchón, sin permiso, sin respeto, solo por ser un omega.

— No soy doctor, señor Jeon, soy médico. Aún no realicé mi doctorado – respondí acariciando a mi lobo con paciencia, indicándole que se relaje.

— De acuerdo, pero eres un excelente profesional que no solo salva mi vida si no que recuerda mi nombre – claro que recordaba su nombre ¿Debería contarle que tuve citas buscando a alguien parecido a él o que me toqué a mismo todas las noches recordando su aroma y cuerpo? – ¿está todo bien?

—Si. Lo siento – no supe que decir y fue mi propio lobo quien me recordó que era un flamante médico y que podía aprovecharme de eso – No tiene que recompensarme por nada, es mi trabajo. ¿Cómo me encontró?

— Es fácil conocer tus horarios de guardia. Eres el hijo de Park Shin Hye. El omega que se alza entre todos los alfas en la Universidad Nacional de Medicina de Seúl. Eres la novedad.

— ¿Esto es un halago? – mi rostro seguramente estaba lleno de incertidumbre, ya que el alfa solo sonrió. Hasta su sonrisa era perfecta.

— Claro que si... entonces, ¿qué quieres que haga por ti?