XXXV - Primeros

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Primeros 

CAPITULO XXXV

Mansión Jeon 

Povs Jimin

Nuestras vidas parecían tomar forma: Min Jin estaba cumpliendo con su papel de abuela perfecta y Jungkook simplemente necesitaba conservar su humanidad con pequeñas actividades que lo hicieran sentirse vivo.

El ejercicio era una de esas actividades claves, pero hoy, frente a la insistencia por culpa de mi lobo encaprichado, tuvo que quedarse a mi lado y nadar en su amplia y costosa piscina. Yo, mientras tanto, tomaría sol e intentaría no pensar en que cada vez faltaba menos tiempo para acabar con el Park Jimin que había dentro mío.

Me negué a quitarme la bata, solo me coloqué el suficiente protector solar en el rostro, y decidí observar a Jungkook mientras nadaba sin parar de un lado al otro.

No me gustaba pensar en lo mucho que este hombre me atraía, pero a veces era imposible. Sus músculos delineados a la perfección, a punto de estallar, sus tatuajes de lirios y perlas en los hombros, que descendían por sus brazos, haciéndolo perfecto y condenadamente sexy.

Y su aroma... ¡Dios, su aroma! No importaba que tanto lo oculte o lo que estuviera haciendo, siempre estaba en al aire asegurándose de que mi lobo no se despegaría ni un centímetro de él.

Pues claro que no, estaba colado por ese hombre y nuestro futuro cachorro también.

Terminó su pequeña rutina y me observó desde el agua. Odiaba que leyera mis pensamientos de manera tan alevosa, pero tan solo al ver su sonrisa supe que podía entender que por la expresión en mi rostro, yo quería sexo... otra vez, en el medio del parque de su ridículamente enorme mansión, con el calor del sol golpeándonos y con su cuerpo húmedo y excitante sobre mí.

"Solo pídeme que te haga el amor en este momento y voy a darte todo lo que quieras"

Él lo quería y yo también. Debido a la convivencia junto a Min Jin y Soobin, nuestros encuentros no habían sido tan frecuentes como antes. ¡Y yo estaba embarazado, mierda! Odiaba pensar en que mi cuerpo ya no era el mismo.

Para jugar con su paciencia, trate de intervenir en sus palabras.

"Tu no me haces el amor Jungkook, tu me follas" - hablé, y el rostro de mi alfa se transformó.

"Yo te hago el amor porque te amo, solo que a mi manera"

"Házmelo ahora entonces" - salió de la piscina, totalmente desnudo y con finas gotas recorriendo su trabajado cuerpo. Se acercó hasta mí dispuesto a tomarme de una vez, pero no se lo permití, lo empujé con fuerza y me mordí el labio inferior. Él arqueó las cejas sorprendido.

"Hoy lo harás con cariño, llevo a tu hijo conmigo. Ya no soy un hombre que busque castigos"

Una sonrisa pícara se formó en sus labios, antes de recostarme sobre la orilla de la piscina y deshacer el nudo de mi enorme bata. Sus ojos brillaron al ver mi vientre abultado, el vínculo palpitó agresivamente, casi a la par de nuestros corazones. Yo estaba paralizado, pero a la vez fascinado, porque las manos de ese hombre me acariciaban poéticamente.

Como un depredador sigiloso, Jungkook llegó hasta mi erección, tomando una de mis piernas y acomodándola sobre su hombro derecho. El simple roce de nuestras pieles nos hizo temblar, y todo se maximizó cuando empezó a degustar de mi polla de una manera hábil. Los chasquidos de su saliva y mi presemen eran toscos pero gratificantes. Mi alfa estaba haciendo de todo para satisfacer a mi lobo hasta el final.

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