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VII - Primera venganza

Primera venganza

CAPÍTULO VII

Povs Jimin

Acepté jugar videojuegos con Soobin bajo la supervisión de Taehyung, mientras Jungkook y Namjoon tenían una aburrida reunión de negocios en el salón principal de la mansión. Si hubiese sido otra noche, los tres hubiésemos podido caminar y tomar algo de aire. Jisoo y Jungkook confiaban en que no haría ninguna estupidez en presencia de Soobin.

La realidad es que no planeaba escaparme. Planeaba entender cómo deshacer mi vínculo con Jungkook sin que mi lobo me sacrifique en el intento. No podía quedarme aquí por mucho tiempo más. Mis paredes autodefensivas estaban colapsando una en una desde que le permití al alfa entrar en mi cama.

— ¿Has hecho enojar a papá?

La tierna voz de Soobin llamó mi atención. Había terminado con las partidas, victorioso sobre mi. No era algo común, pero teniendo en cuenta que mi mente vagaba por todos lados excepto en el juego, resultaba totalmente lógico. Taehyung comía helado aburrido, observando desde el otro lado de la habitación. Sus antojos eran cada vez más incontrolables.

Pensé por un momento en lo que Soobin me estaba preguntando y si, efectivamente yo había hecho enojar a su padre: la noche anterior lo dejé acostarse a mi lado, acepté el celular, lo besé, lo llevé al límite... y cuando estuvo a punto de tomarme, como siempre quiso, me arrepentí.

Me arrepentí porque sabía que luego de follar con él me encontraría en desventaja. El vínculo se volvería más fuerte y mis posibilidades de separarnos se harían nulas. El rostro de Jungkook quedaría en la memoria de mí lobo. Frustración era la palabra que se reflejaba en sus ojos.

— Un poco... – respondí sin embargo.

— Papá no se enoja a menudo, pero cuando lo hace da miedo.

Y mierda que yo lo sabía. Pero no podía hablarle de nuestros problemas de cama a un menor, que encima era su hijo.

— ¿Por qué te da miedo? – pregunté.

— Su voz de alfa... a nadie le agrada que utilice su voz de alfa.

— Cosa de niños –  intervino Taehyung, mientras terminaba la enorme porción de helado.

— Tío, no finjas que no te molesta la voz de mando de papá.

— Jungkook nunca la usa contigo. Solo la utilizó dos veces y porque te habías portado mal. No hagas quedar a tu padre como un despiadado.

Sonreí. Si su hijo supiera que no era despiadado y que jamás había utilizado su voz de mando conmigo a pesar de mis ataques, ¿Qué iba a pensar de él?

✨

El desfile de algunos alfas con sus omegas no era nada interesante ni nuevo para mí. Observar desde la ventana, no era nada divertido. Pero nadie podía saber que el prestigioso hombre de negocios, Jeon Jungkook, tenía a un omega encerrado contra su voluntad.

Jungkook llegó a la habitación para hablar con Soobin sobre el cuidado de su Taaffeita. No me dirigió la palabra, pero tampoco se mostró molesto, todo lo contrario, después de la noche frustrada me regaló una sonrisa.

Y yo, me sentí tranquilo de golpe, como un idiota que buscaba su aprobación.

Y otra vez, el chocolate.

Después de dos horas de jugar videojuegos me dirigí a mi habitación algo mareado. Mi respiración se volvió agitada, sentí las mejillas afiebradas sin ninguna razón. Llevé mi mano a mi pecho tratando de entender lo que estaba ocurriendo, pero en vez de descubrir el motivo de mi malestar, noté la ausencia de mi propia Taaffeita. Jungkook  me había pedido con mucho énfasis que la cuidara. Caminé por el pasillo nervioso... luego de enterarme que la piedra que había querido proteger ya no se encontraba conmigo.