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XXXVII - Primer ataque

Primer ataque

Capítulo XXXVII

Mansión Jeon

Povs jimin

"¿Soobin?"

Me desperté en medio de la sala de estar con el volumen de la televisión al máximo. Creí escuchar la voz de Soobin... a pesar de saber que estaba descansando luego de su última salida con Min Jin.

Observe a Hueningkai dormir tranquilo. Busqué el aroma de su nana, pero la beta parecía haber desaparecido casi por arte de magia.

Era un cachorro muy pequeño para permanecer tanto tiempo solo - pensé - y yo, era un omega embarazado y agotado... que ni siquiera podía cuidar de él sin quedarse dormido.

No es como si me molestara cuidar a mi sobrino, pero su nana estaba aquí para algo.

"¿Jisoo?" - un golpe lejano en la cocina me hizo abandonar el sofá. Mi sexto sentido se encendió - "¿Solar? ¿Lalisa? ¿Ocurre algo?"

Tal vez alguien estaba despierto y podía ayudarme. Pero nadie respondió.

Tomé a Hueningkai en brazos y caminé hacía a la cocina. Intenté recordar el nombre de la niñera contratada por Taehyung pero se me hizo imposible.
Un extraño olor a tierra me hizo sentir inquieto. Era fuerte y desconocido, para nada semejante a Jisoo o a alguna de las omegas de la casa. Incluso el aroma de Min Jin era diferente.

"¿Hay alguien por aquí?"

El bebé comenzó a llorar y me olvidé del cansancio gracias al miedo. Algo no andaba bien y la mansión Jeon era demasiado grande y tenebrosa para estar solo.

A pesar del llanto desconsolado del niño... nadie apareció, y esa fue la prueba suficiente para saber que estábamos en peligro.

Busqué mi celular, pero no estaba dónde lo había dejado. Solo pensé en llegar a las habitaciones de empleados para buscar a Jisoo o a quien sea personalmente.

Las luces de las cocina estaban encendidas... dudé en entrar, pero algo dentro mío me indicó que mi destino ya estaba escrito y que debía hacer lo que sea para salir de allí.

"¿Hay alguien aquí?"

Pregunté otra vez, está vez mí voz sonó como una súplica.

Cuando abrí la puerta de la cocina supe que sería atacado. Los cuerpos dormidos de Jaebum y Jackson yacían sedados uno sobre el otro al costado de la amplia encimera. Mí corazón se heló, quise gritar pero algo dentro mío me quitó el aliento. Era mi lobo y su instinto de supervivencia, sabiendo que el sonido de mi voz solo atraería a mis atacantes con facilidad.

"J-Jimin..." - una voz femenina jadeó.

Busqué desesperado, pero fue imposible encontrar a la portadora. El susurro venía desde más lejos.

Me acerqué al depósito de alimentos sigilosamente y allí las encontré: Solar maniatada y con la mirada ida, sosteniendo el cuerpo dormido de Lalisa sobre sus piernas.

¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba Jisoo?

"Solar, ¿que pasa? ¿que hago?" - balbuceé.

La omega intentó hablar pero estaba sin energías.

Los cuerpos olían a metal, mezclados con azufre. Mi nariz picó al punto de tener que dejar a Hueningkai urgente para poder ayudar. Me arrodillé y apoyé al niño en mis piernas, mi cuerpo comenzó a temblar.