彡;✰ • La fuerza del destino ✦❫⋮ Fictober 2020 . - ̗̀↳ 'Dr Stone ) '

【３１】Ｅｌ ｉｎｃｅｎｄｉｏ ｄｅｓｔｒｕｙｅ， ｐｅｒｏ ａｒｄｅ （Ｓｕｉｋａ）

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Suika (11)
Canon Divergente

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La existencia de las personas es como una vela.

Cada ser en este universo es fuego.

Algunos brillan de manera deslumbrante y otros chispean en los momentos adecuados; algunos son brillantes hogares que amparan a otros o fuegos artificiales de una ocasión.

Y, en el caso de Suika,
ella es una confiable y sucinta vela.

Una candela cuya flama se mantuvo alerta y vibrante desde su temprana infancia, cuando tuvo que aprender a sobrevivir por sí misma.

Después, obtuvo una familia: extraña, disfuncional y, a ratos, malévola.

Una familia en la cual se le colmó de mimos, deliciosa comida y enseñanzas, múltiples consejos acerca de la vida cotidiana y, también, sobre cómo derrotar oponentes con finas estrategias o con sucias tácticas que la llevarían al infierno. Conceptos que a la cría todavía le cuesta entender, tanto como el hecho de que su familia puede llegar a considerarse el enemigo.

Tal y como en ese momento, dado que los pobladores del ex-Cabo Cañaveral protegen fieramente a su islote y, por consecuencia, a los vestigios de la era espacial.

Y es que si en tiempos de Ishigami y compañía aquél emplazamiento era un estrecho e inestable promontorio, en la actualidad sólo se mantiene en pie debido al hidromagnetismo que generan los milenarios artefactos. Intrincados dispositivos que el Reino de la Ciudad y la Ciudad del Maíz tienen como objetivo, a fin de llegar hasta Whyman y evitar una nueva ola de petrificación.

Asimismo, está en juego el último legado de Byakuya y sus compañeros: Rei, la corpórea inteligencia artificial cuya presencia cambiaría para bien la calidad de vida de la humanidad.

Empero, los habitantes de la ínsula son diestros en las armas y dificultan el proceso de adquisición del material indispensable para arribar al espacio.

Ni el diálogo ni otras tácticas han funcionado,
la guerra es inevitable.

Es la única opción, aunque Senku planteó que podrían enviar a un agente a activar los viejos reactores nucleares y así hundir el cayo, lo que significaría el deceso de cientos y del agente en cuestión, pero en uno o dos meses podrían recuperar las máquinas del océano. Por supuesto, la mayoría de generales —con la obvia excepción de Gen— se opusieron a tal predicamento.

Y, durante aquella tensa reunión, la chiquilla estuvo presente a razón de tomar la siesta en el lugar equivocado y en el horario acertado.

Por ende, ella sabe qué hacer.

Aunque le cueste la vida y su mente se colme de todas las actividades que le habría gustado llevar a cabo: adoptar a otro perrito, aprender a patinar sobre hielo, cocinar tan bien como Francois... mas, no habrá un planeta dónde realizarlas si su familia no obtiene los artificios indispensables para librar la guerra espacial que —irónicamente— tiene como propósito la paz mundial.

Entonces, ella cierra sus miopes ojitos y suspira, conteniendo el llanto que le supone marchar sin siquiera despedirse de Ryusui, quién siempre la cargó cuando la veía un poco desalentada o de Nikki, la cual entonaba nanas para arrullarla durante las noches de tormenta o, de Ginro que le relataba aventuras por demás fantasiosas y divertidas...

Sin despedirse.

—¡Por la ciencia!

Musita bajito antes de enroscarse en sí misma y rodar hacia su objetivo, habiendo memorizado la posición de los vigías de aquél emplazamiento. Y se mueve con pericia, avanza envuelta en las ulteriores llamas de su existencia; el fuego de su vida arde al límite hasta extinguirse y, con ello: Suika asegura las cálidas brasas de su amada familia.

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【ＶＥＬＡ】