Acordamos dejarlo hasta ahí esa noche, no teníamos que resolver todas las preguntas el mismo día, pero al menos ya era un avance.
Temprano me reuní con Valle en el parque de Goose Greenway, solíamos hacer senderismo al menos una vez cada quince días y pedíamos nuestros días libres juntas.
Llevaba mi ropa deportiva, la última vez que utilice un pantalón de mezclilla me salió urticaria en las piernas.
No era la mejor deportista, me gustaba mirar el baloncesto profesional y esquiar en nieve durante la época navideña.
Valle por otra parte toda su vida había sido una atleta, desde pequeña fue porrista y obtuvo varios reconocimientos por pertenecer a la escolta y al grupo de porristas de su escuela.
La mujer tenía un cuerpo envidiable, piernas largas y marcadas, un trasero que facilmente podría asegurar, además de un busto bastante considerable, era una talla 36 B.
Yo por otra parte estaba feliz con mi metabolismo, me encantaban las pizzas y las hamburguesas, pero no engordaba por comer, eso se lo debo a mi madre.
¿Dónde estará? ...
Mira la hora en mi celular y llevaba 20 minutos de retraso, eso no era propio de ella, siempre fue al revés, yo solía llegar tarde, pero esta vez no fue así.
Me ajuste las agujetas, no quería resbalarme por los altos acantilados de la ruta que seguiríamos, la conocía bien, por eso sabia lo peligrosa que era.
Estaba por salir cuando mi teléfono sonó, lo tome y voltee detrás mío, entonces la vi, venia acercándose a paso apresurado y con su ropa deportiva de conjunto.
—¡Ale, Ale! —Se detuvo frente a mí y cogió aire —. El auto se me quedó parado a unas cuantas calles, vine corriendo lo más rápido que pude.
Que podía hacer, ya estaba ahí, y su excusa parecía creíble, estaba sudando demasiado, eso le dio un toque dramático.
Le hice una seña con la cabeza y comencé a trotar por la vereda.
—Vamos, aún tenemos tiempo suficiente...
—¿No estas enojada verdad? —Preguntó al lado mío.
—¡No! —Respondí tomando una bocanada de aire —Sigamos, lo importante es que ya estás aquí.
Con eso basto, se calló un rato y disfrutamos como solíamos hacer, el viento en mi rostro y la sensación de correr por ese camino me llenaba de paz.
El senderismo era una actividad que me había tomado por sorpresa, Valle me invito en una ocasión y le tome el gusto.
Sufrí algunos accidentes al inicio, me caí un par de veces, pero no hubo testigos, este parque era realmente muy solitario, eso lo hacía mejor.
Estar con mi mejor amiga y disfrutar de la brisa levantando mi cabello era algo que me llenaba de alguna forma.
—Ya casi llegamos a la cima, sigamos —Mencionó Valle adelantando el paso.
No era competencia para ella en velocidad, pero ya empezaba a aguantar el trote de toda la ruta.
Lo mejor era que al llegar a la cima podías ver lo todo.
Tenía cientos de fotos desde lo alto del Goose Greenway, en todas con mis seres queridos, más con Valle que con Johan, él no era tan afecto al senderismo, prefería disfrutar de escalar en montaña o mirar por lo alto de los edificios, manejaba muy bien la adrenalina de las alturas.
Las personas normales subían para bajar luego por el viejo teleférico que funcionaba con unas monedas.
Bajabas en un par de minutos hasta la entrada del parque.
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Encuentro insaciable
RomanceAleidis una joven tranquila y reservada durante toda su vida decide que es momento de cambiar, junto con su pareja se envuelven en una etapa muy prolífica para su vida sexual. Todo marchaba bien hasta que los juguetes y las posiciones nuevas se hic...