Era la mañana de un fin de semana en Boulder, noviembre del año 2013.
Me había despertado como de costumbre en los sábados.
Sin mucho trabajo y con la humana necesidad de dormir al menos unas diez horas me levante de ultimo ese día, mire al reloj de la cómoda y marcaba las dos de la tarde.
Los ojos se me despegaron, que grande sorpresa era para mí despertar tan tarde, solía dormir hasta altas horas los sábados, pero no lo hacía desde que estaba en secundaria y mi vida era...más fácil.
Me había quedado dormida hasta altas horas de la noche, recordé que lloré en silencio desde el otro extremo de la cama de Johan.
Me estaba doliendo mucho verlo sufrir, escuche sus sollozos llenos de impotencia ante esta nueva incertidumbre de no saber qué hacer.
Al final cedí ante mis sentimientos, dejándome llevar y derramando algunas lágrimas durante un par de horas.
No era fácil afrontar esta nueva modalidad, lo que para mí era una etapa de experimentación de mi sexualidad se había vuelto ahora un terrible dolor de cabeza.
Un sueño horrible y del cual quería despertar con desesperación, no podía culpar a Valle del todo, ella participo en un trió, uno que yo había propuesto.
Luego estaba Johan, quien siempre había querido tener un solo hijo, un primogénito de cualquier sexo que fuera su máxima gloria, él pensaba que la situación económica no mejoraría y tener un solo hijo era suficiente.
Habíamos hablado muchas veces sobre eso, como todas las parejas suelen hacer, pensamos nombres de varones y de mujeres, fantaseábamos con vestirles con lindos conjuntos para bebés y asistir a eventos familiares como una familia.
Que mierda, todo se fue al carajo...
Ahora eso solo era una falsa ilusión, un distante y poco probable futuro, solo viviría en mi memoria como lo que hubiera sido un perfecto final para mi vida.
La realidad era muy diferente, mientras me cambiaba el pijama y bajaba por las escaleras mi tormentosa realidad estaba frente a mí, mirándome y haciéndome saber que esto solo sería el principio de un largo camino.
Los dos estaban en la cocina, la que fuera mía.
Valle preparando el desayuno, unos huevos con tocino se freían en la sartén y el pan tostado al centro de la barra.
Una lagrima resbalo por mi mejilla, lenta y llena de mi dolor, la más real que en algún momento haya brotado de mí.
Me encontraba a la distancia, mirando como un espectador al amor de mi vida sentado desayunando algo que yo no había preparado, sino mi mejor amiga.
Mejor amiga que ahora traía dentro de sí al bebé de Johan, al único probablemente, y yo donde quedaba, lejos, lejos de esa vida.
Comprendí en ese momento, bajando el ultimo escalón, que Valle trataba de suplantarme, ella quería mi vida...
Y es que era lo más fácil, si lo pensabas un momento no sonaba tan descabellado.
Lo imagine así;
Valle podía deshacerse de mí, terminar mí relación con Johan le daría paso libre a quedarse con él, a final de cuentas los dos estaban unidos por algo más allá de la sangre, un hijo.
Ese sería su mejor plan, todo sonaba fácil, pero que pasaba conmigo...
Pues yo no se la dejaría así de fácil, yo amaba a Johan, desde siempre lo supe y estaba segura que quería casarme con él, no iba a renunciar a eso así de simple.
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Encuentro insaciable
RomansAleidis una joven tranquila y reservada durante toda su vida decide que es momento de cambiar, junto con su pareja se envuelven en una etapa muy prolífica para su vida sexual. Todo marchaba bien hasta que los juguetes y las posiciones nuevas se hic...