—¡¿Qué?! ...Tu, sintiéndote atraída por mi...
Digo, la verdad si me consideraba una preciosura, pero Valle, la mujer tenía filas de hombres, no podía compararme con ella.
Estaba igual de sorprendida que Johan, el pobre hombre la había soltado después de eso, creo que estaba muy seguro de que ella lo mencionaría, que al escuchar mi nombre se sintió indignado.
Había golpeado su ego y, por el contrario, yo me sentía adulada.
Creo que siempre si lo haremos, vamos pasando al cuarto...
—Te lo juro amiga, me gustaste, tu cabello castaño, tu cinturita y tus boobies, eres una diosa.
Me sonroje de inmediato, ahora estaba más que puesta para hacerlo, la mujer me adoraba y me refiero más allá de la amistad.
—Tu igual estas divina amiga... eres una obra de arte, tienes a muchos detrás de tuyo...
Que puedo decir, se volvió el momento de dar halagos, estábamos acariciándonos, tocándonos el cabello y admirando la belleza de la otra.
Johan simplemente se fue a sentar al sillón, se sentía ultrajado al saber que no era el niño guapo después de todo.
—¿No afectara nuestra amistad?, él es tu novio...¿estas segura?
No había dudas en mí, confiaba en Valle como mi mejor amiga y ahora mi fan, pero más allá de eso, confiaba en Johan, era el amor de mi vida y sabía que él solo tendría ojos para mí.
—¡No!, tranquila, no afectará nada, esto será como reforzar nuestra amistad.
Tenía que decirlo...
—Entonces, acepto, hagámoslo... —Soltó una risa coqueta.
Tome a Johan de la mano y subimos por la escalera hacia la habitación, había llegado el momento.
Teníamos una botella de tequila y un solo vaso.
Si íbamos a hacer esto, mejor no hacerlo sobrios, total era nuestro día.
Johan saco un poco de hierba que teníamos guardada en el armario, no éramos fumadores activos, pero esa marihuana nos la habían regalado por un viejo amigo de la universidad.
Llevaba años ahí, pero era de buena calidad, se conservó lo más completa posible, su olor era algo que me gustaba mucho.
—Es solo un poco, pero seguro lo hará más excitante.
Nos dio a fumar un poco del cigarrillo que había armado, como dije no éramos expertos, pero tener sexo así me daba mucho placer, era una sensación única.
—Gracias guapo, entonces jugamos —Expresó Valle mientras fumaba.
—Sí, "Yo nunca", si lo hiciste bebes... —Añadí poniendo la botella al centro de la cama.
Estos juegos eran un clásico en las fiestas que solíamos asistir, generalmente uno acababa ebrio después de haber perdido tanto.
En muchas ocasiones Johan tuvo que llevarme hasta mi casa, ya que solía perder, era muy mala y por ende tomaba.
No me declaraba amante del alcohol, pero el tequila sacaba lo más atrevido de mí.
Era como si buscara en lo más recóndito de mi ser, una Aleidis diferente, sin miedos, sin vergüenzas y sin límites, era peligrosa y por eso la mantenía cautiva.
—Oh vamos, yo he hecho de todo, terminare ebria primero —Señalo Valle indispuesta.
Y es que era cierto, ella siempre perdía en Yo nunca, pero esta vez quise añadirle una variante que matara dos pájaros de un tiro.
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Encuentro insaciable
RomanceAleidis una joven tranquila y reservada durante toda su vida decide que es momento de cambiar, junto con su pareja se envuelven en una etapa muy prolífica para su vida sexual. Todo marchaba bien hasta que los juguetes y las posiciones nuevas se hic...