Capítulo 13 "Casa para tres"

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Han pasado casi dos semanas desde que Valle se mudó a casa de Johan y Aleidis.

Su embarazo aún no es muy notorio pues apenas va a cumplir su segundo mes, pero no todo ha sido fácil, vómitos, noches de insomnio y comida intermitente ha sido su martirio de todos los días.

Sin embargo, Johan no ha podido olvidar el buen sexo que fue hacer el trío con su novia y con su ex mejor amiga.

Ahora tiene un nuevo plan, cree que este podría funcionar, pero para ello debe convencer a Aleidis, quien sería el mayor obstáculo de todo lo que ha perfeccionado en su mente.

Con forme los días pasaban la tensión en la casa era cada vez más notoria, había discusiones por la comida, por el uso de los baños, por las luces, por el ruido.

Para una mujer embarazada muchas cosas podrían fácilmente romper el estatus de paz que prefería conciliar.

Durante la mañana Valle se levantaba al sonido del despertador a las diez, desayunaba fruta fresca y un poco de cereal con leche.

En la tarde disfrutaba de estar acostada y ver una película, leer un libro y comer un poco de carne u alguna proteína como pescado con pasta.

Para la noche se recostaba en su recamara, cenaba un plato de tostadas calientes y avena, apagaba las luces a las once, seguido a ello ningún ruido debía molestarla o los problemas comenzarían.

Para la vida de Johan y Aleidis su noviazgo estaba sufriendo por un gran percance, no solo su intimidad se había reducido, sino que el sexo y la comunicación era ya casi nula.

Johan había intentado en un par de ocasiones en preparar la velada para tener sexo con su novia, pero siempre algo los interrumpía.

Primero Valle llegaba a interrumpir, luego se quejaba de las voces, después dijo que se escuchaban sus pisadas en el cuarto de abajo, esto termino por afectar más a Aleidis que en las últimas veces prefería ya ni siquiera intentarlo.

No hacía falta decir que esas dos semanas fueron las peores para la relación de Aleidis, pero en su mente aún estaba la idea latente de que esta prueba podría ser superada y al final de la tormenta estaría de nuevo junto a su amado.

Por su parte Johan llevaba un tiempo pensando en una idea, el solía comprar todo lo que Valle necesitaba, medicinas, comida, y cualquier baratija que se le antojara en el supermercado.

Esta nueva etapa en su vida estaba terminando por matar a la del buen sexo, se habían remplazado los juguetes por el ácido fólico, las posiciones por una dieta balanceada y el fin podría estar cerca.

Tengo que hacerlo hoy, ya no lo soporto, lo diré esta noche...

Johan se preparó un viernes por la noche, ordeno comida italiana por un antojo de Valle de último minuto y logró convencer a Aleidis de cenar todos juntos.

Al principio habían intentado comer todos juntos, pero no tardo en fallar el plan cuando Valle y Aleidis comenzaron a pelear por la atención de Johan.

Si él le pasaba la sal primero a Valle, Aleidis se molestaba y viceversa, era como pelear contra una pared y al final Johan comía solo en la mesa.

—¿La comida ya llego? —Preguntaba Valle por tercera vez asomándose desde su habitación.

Aleidis y Johan estaban recostados en la sala de estar, mientras platicaban sobre algunos asuntos del trabajo.

Las noticias en la televisión hacían eco a los llamados de Valle, que terminaron por pasar desapercibidos.

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