Habían pasado cuatro días desde que se dio el intento de cenar juntos los tres, algunas cosas habían cambiado y eso era notorio.
Ya no solía discutía con Valle como normalmente sucedía antes, ahora parecía más que mi ex mejor amiga me evitaba, y cada vez que surgía un problema terminaba por disculparse y huyendo a su habitación.
Esto me favoreció por un tiempo, sentía que las cosas iban mejorando, aunque en el fondo pensaba que algo no estaba bien, no podía ser tan fácil.
Comencé a notar algunos comportamientos extraños en Johan, se levantaba durante las noches, en el trabajo su celular estaba siempre ocupado llamando con personal de la empresa y lo más raro era que Valle ahora necesitaba ir a unas terapias para la relajación de su vientre.
Johan llegó un día y me comentó que comenzaría a llevar a Valle a unas terapias en la clínica al centro de la ciudad, incluso me invito, pero rechace la oferta enseguida y preferí que vayan solos a las consultas médicas.
No quería estar presente para cuando los dos pasen como padres al consultorio y yo me pudriera afuera.
Al principio ellos siempre traían consigo una receta médica para el cuidado, parecía que el embarazo de Valle podría presentar complicaciones, debo admitir que una parte de mí se sintió feliz por eso, pero luego me arrepentí, el bebé no tenía la culpa de tener una madre tan estúpida.
—¿Ya se van? —Pregunte desde la entrada, observando como Johan le abría la puerta del auto a Valle.
Johan cerró la puerta con fuerza y se acercó para darme un beso de despedida, pero esta vez se sintió diferente.
—Vuelvo hasta la noche cariño, te amo —Se despidió con un beso en la mejilla.
Se despidió de beso en la mejilla...
Eso lo confirmaba, ahora era seguro que algo sucedía y no me iba a quedar con las ganas de averiguarlo.
Sabía que Johan y Valle tenían que ir dos veces por semana a las terapias, precisamente los lunes y los viernes, esos días eran los más concurridos en mi trabajo.
En el hotel generalmente los viernes se registraban las entradas de nuevos huéspedes que buscaban una habitación de paso, y los lunes se registraba su salida del mismo.
Así que esos dos días eran los más laboriosos de la semana, incluso llegue a pensar que era demasiada coincidencia que justo los días que tengo más ocupados ellos dos tuvieran que salir.
Note a Johan muy metido en su teléfono móvil, y actuaba de una manera más insegura, se volteaba para contestar sus mensajes y su contraseña la había cambiado.
¡Sí!, intente desbloquearlo y lo note...
Además de que Valle era mucho más dócil y tranquila, esto no podía significar nada bueno, las ideas comenzaron a llover en mi cabeza y al final llegue a una conclusión, Johan me estaba engañando con ella.
En mis narices, los dos estaban confabulando para verse a escondidas, eso explicaría sus repentinas conductas extrañas.
Entonces me dispuse a confirmarlo, cuando una mujer ya tiene sospechas de una cosa solo le falta confirmarlo, y debía hacerlo lo antes posible.
Esperé una noche y me hice a la dormida, él se levantó a las tres de la mañana, salto de la cama y salió de la habitación.
Cuidadosamente me deslice fuera de las sabanas, me coloque los calcetines para no hacer ningún ruido, estaba segura de que Johan se metía a la recamara de Valle, baje con el bat de madera que teníamos en el armario, ese maldito me las pagaría.
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Encuentro insaciable
RomanceAleidis una joven tranquila y reservada durante toda su vida decide que es momento de cambiar, junto con su pareja se envuelven en una etapa muy prolífica para su vida sexual. Todo marchaba bien hasta que los juguetes y las posiciones nuevas se hic...